En 2014 la Facultad de Medicina se sumó al proyecto de Compañeros en Salud, una organización internacional no gubernamental que asiste medicamente a comunidades marginadas en Chiapas, a través del Servicio Social.

“Creemos que la única institución que tiene la capacidad de proveer el derecho a la salud es el Estado y, por lo tanto, nuestras acciones van orientadas a fortalecer el sistema público”, asegura el doctor Hugo Flores, director General de Compañeros en Salud, México.

Al ver que había centros de salud sin médicos, el equipo liderado por el doctor Flores identificó el problema: “Debido al clima de inseguridad y la falta de materiales, supervisión y guía que muchas veces existe en las comunidades, los pasantes de Medicina prefieren alejarse de la zona rural”.

Por ello, crearon un programa que, además de garantizar el acceso a suministros médicos e infraestructura básica, les proporciona una beca complementaria, capacitación continua, un diplomado en salud global y clases con instructores internacionales.

Jorge Alberto Vargas Castilla, decidió sumarse al proyecto en Plan de la Libertad, Chiapas, donde está por concluir su Servicio Social como parte de la cuarta generación de la Facultad de Medicina que asiste a Compañeros en Salud.

Labora en dos comunidades rurales, en cada una da consulta tres veces por semana, además de visitas domiciliarias y servicio de urgencias. En promedio atiende a 350 pacientes por mes, paralelo a las responsabilidades administrativas que la clínica requiere y los cursos que recibe.

Aunque reconoce que es una tarea extenuante, también afirma que “se aprende muchísimo, sobre todo con el equipo de salud mental que hay aquí y académicamente vemos todo tipo de pacientes, desde quienes tienen gripa hasta los que padecen insuficiencia cardiaca o endocrinopatía”.

Además, para él, el aprendizaje también es personal, pues es una oportunidad para conocer otra cultura y centrar la atención médica en los pacientes y no en las enfermedades. “Cuando le empiezas un tratamiento a un paciente que a sus 50 años nunca había ido a un doctor, y al mes te dice que está feliz porque le cambió la vida, esto es dejar tu pequeño grano de arena en la comunidad y en el país”, asegura.

Jorge Alberto Vargas explica que la organización y la Facultad de Medicina dan seguimiento a los pasantes que deciden realizar su Servicio Social en este programa. “Es un trabajo de tiempo completo que vale la pena. Hacen falta muchos médicos que asuman el compromiso de ayudar”, asevera.

Al igual que él, Mariana Montaño prestó sus servicios para Compañeros en Salud. “Amplió mi perspectiva, descubrí el impacto tan grande que tienen los determinantes sociales en la salud y cómo una medicina es una pequeñísima parte de lo que implica el bienestar de una comunidad”.

Esta experiencia en su Servicio Social la impulsó a cambiar su plan de vida y decidió quedarse a laborar dentro de la organización, ahora es la coordinadora del Programa de Salud Materna en Chiapas. “Es un privilegio estar aquí porque puedes hacer mucho y hay gran cantidad de programas que sostienen tu año de Servicio Social, en donde expertos te acompañan en casos difíciles”, asegura.

Samedi Aguirre