Mejorando la conciencia cívica
Al punto de las 10 de la mañana del jueves 19 de septiembre las alarmas sísmicas del país se activaron para conmemorar los sismos de 1985 y 2017. La Facultad de Medicina no fue ajena a este ejercicio y una vez que su característico sonido se escuchó, los académicos, personal y alumnos de todas las áreas atendieron el llamado.
La situación ficticia fue de un sismo con magnitud de 8.6 grados en la escala Richter y epicentro en Oaxaca, al sur de Guerrero. Esta situación provocó un tsunami que penetró por seis kilómetros sobre las costas. Aunque alarmante, el escenario fue simulado, pero la respuesta de la gente fue con responsabilidad.
Con orden y siguiendo las indicaciones, cada persona salió de su área de trabajo o estudio. El desalojo sólo fue para aquellos que pudieran evacuar en menos de 45 segundos; el resto tuvo que replegarse en las zonas de menor riesgo, como columnas de contención, o muros sin carga ni cristales.
Los brigadistas recibieron una preparación y herramientas previas al ejercicio.
Los voluntarios midieron el tiempo de repliegue y de evacuación hasta llegar a los puntos de reunión acordados de acuerdo a cada área. Después de la evacuación de toda la comunidad, los brigadistas verificaron que estuvieran desalojados tanto oficinas, como salones, laboratorios y auditorios, confirmando que no hubiera daños estructurales y todo estuviera en orden: las paredes intactas, sin riesgo en los vidrios, las superficies en condiciones óptimas y que no hubiera objetos con los que el personal pudiera tropezar.
Asimismo, el Centro de Enseñanza y Certificación de Aptitudes Médicas organizó una actividad de simulación con médicos pasantes de Comunidad Solidaria UNAM, quienes atendieron dos casos: un alumno con una cortadura a causa de vidrios rotos en el auditorio y una estudiante con fractura debido a una caída en el basamento mientras bajaba las escaleras.
Al final del simulacro, todos volvieron a sus actividades normales. Aunque siempre hay cosas por mejorar para tener una evacuación adecuada, este ejercicio permitió contribuir a la cultura de la protección civil de nuestra comunidad y detectar posibles situaciones que pudieran incidir en su seguridad en caso de un evento real, a fin de garantizar su integridad.
Eric Ramírez
Fotografías cortesía de David Cortés Álvarez, del Departamento de Bioquímica, de las licenciaturas en Fisioterapia y en Ciencia Forense, así como del Instituto de Investigaciones Biomédicas