La muerte es un efecto terminal que resulta de la extinción del proceso homeostático en un ser vivo. Aunque las personas pueden morir por diferentes causas, incluyendo los accidentes o actos violentos que producen la muerte de manera inmediata, la mayoría fallece hoy en un contexto de atención médica en donde se puede hacer mucho para que el final de la vida sea mejor.

A pesar de la frecuencia con que en el mundo médico se habla de este tema, no deja de ser difícil enfrentarlo y sobrellevarlo y, a la vez, actuar de forma profesional en todo momento. Por ello, el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPySM) realizó el seminario de investigación con el tema “El médico ante la muerte: Responsabilidad y formación”, en el auditorio “Dr. Ramón de la Fuente”, donde tres investigadores presentaron los resultados de sus proyectos.

“Encontramos que los estudiantes desean retroalimentación de sus profesores sobre sus experiencias con la muerte, o personas en fase terminal, y creemos que se deben implementar actividades formativas sobre la atención médica al final de la vida. Muchas veces lo que se conoce como ensañamiento terapéutico, se debe a esta falta de poder platicar con los pacientes y tomar decisiones con ellos. Desde luego es un tema complicado, pero es necesario para que ambos participen en las resoluciones difíciles”, señaló la doctora Asunción Álvarez del Río, académica de la Facultad de Medicina.

Esta línea de investigación se ha trabajado desde hace varios años para revisar cómo los pasantes, recién egresados y médicos en servicio, sobrellevan las situaciones relacionadas con los enfermos en el final de la vida. Específicamente, los trabajos se centraron en cómo actualmente se maneja la comunicación en cada caso y las afectaciones psicológicas que se tienen después.

Una de las principales secuelas es la pérdida de la empatía a medida que los estudiantes avanzan en su formación médica, pues al no recibir el apoyo y acompañamiento que necesitan para incluir los aspectos emocionales en la relación con sus pacientes, prefieren ignorarlos. “De ahí la idea de que los médicos se vuelven duros y fríos, pero no es porque quieran, sino que es su manera de poder adaptarse a lo que tienen que enfrentar”, indicó la doctora Álvarez del Río.

A pesar de que en México contamos con tradiciones que nos familiarizan con la muerte y hasta parece que nos burlamos de ella, la realidad es que es difícil hablar al respecto, porque se ha vuelto un tema tabú, pues suele creerse que es prohibido, incluso cuando es inminente. Eso impide a los médicos prepararse y tomar decisiones realistas para sus enfermos que están a las puertas de la muerte, señaló el doctor Luis Oñate Ocaña, miembro del Instituto Nacional de Cancerología.

“No podemos negar que la mayoría de las personas mueren en el contexto de atención médica, rodeados de especialistas que asumen decisiones de tratamiento, de diagnóstico, de cirugías y hospitalización. De ahí que la Medicina tenga una enorme responsabilidad con los pacientes, sus familiares y con nosotros mismos. Un aspecto muy importante es que los enfermos tengan la información sobre su situación y puedan tomar decisiones, en lugar de que se busque siempre prolongar su vida, con lo cual sólo se logra alargar su agonía”, advirtió el doctor Oñate Ocaña.

Por tanto, consideró que es necesario que los profesionales de la salud reciban una capacitación para que se sientan mejor preparados al enfrentar estas situaciones y así tendrán una comunicación más asertiva y veraz con sus pacientes terminales.

El doctor Luis Oñate comentó también los resultados de un estudio realizado con enfermeras con el objetivo de conocer sus opiniones sobre las situaciones en que enfrentan la muerte en su práctica, debido a que es un personal de enorme importancia por su cercanía con los enfermos y la constante comunicación que suelen tener.

“Aquí, encontramos que la mayoría de las enfermeras consideran que los pacientes deben entender su padecimiento y los médicos deben dar esa información de forma clara. El apoyo emocional de estas profesionales es limitado cuando el médico no informa correctamente; sin embargo, quisieran sentirse con más confianza para atenderlos al final de la vida”, determinó el doctor Oñate Ocaña.

La doctora Ingrid Vargas Huicochea, académica del DPySM y coordinadora del Seminario, comentó sobre el estudio aplicado a residentes de Oncología. Ellos reconocen la importancia de recibir mejor formación sobre el tema de la muerte y declararon que les hubiera gustado una clase o curso para poder sobrellevar este proceso, pero al mismo tiempo comentaron que “si en pregrado alguien te ofrece un curso, un taller especial para poder lidiar con la muerte, la verdad no lo tomamos en serio; pero cuando estamos en clínica, comprendemos su importancia y ya no tenemos el tiempo para hacerlo”, señaló.

Los especialistas concluyeron que la enorme responsabilidad que tienen los médicos en la atención de los pacientes al final de su vida debe ir acompañada de una capacitación y se debe resolver cuándo y cómo incluirla a lo largo de su formación e incluso de su práctica profesional.

Eric Ramírez