Al hablar de diferenciación y regeneración del sistema nervioso (SN) es inevitable tocar el tema de la plasticidad neural, que se describe como la capacidad del SN para modificarse en respuesta a cambios ambientales, lesiones o modificaciones internas del organismo.

“En el SN periférico se localizan las células de Schwann, que lo mielinizan; cuando hay una lesión, hay una pérdida de la función, y estas células al separarse del axón se desdiferencían y producen factores tróficos que ayudan al axón a repararse. Cuando hay una lesión en el SN central, los oligodendrocitos que lo mielinizan inhiben por sí mismos el crecimiento axonal. La lesión provoca una interrupción de las fibras descendentes, que lleva a una pérdida de función motora y dolor”, explicó la doctora Graciela Gudiño Cabrera, Directora de la División de Ciencias Biológicas y Ambientales del CUCBA de la Universidad de Guadalajara.

Indicó que la glía envolvente, encontrada en la mucosa nasal y el bulbo olfatorio, es muy parecida a las células de Schwann, cuando ambas están desdiferenciadas expresan la proteína p75, receptor de baja afinidad para las neurotrofinas, el cual tiene un papel muy importante porque, dependiendo de la cantidad de neurotrofinas, puede favorecer la regeneración o dirigirla a la apoptosis, y en los trasplantes de glía envolvente realizados se ha observado que promueven la reparación de la médula espinal.

También señaló que el fenotipo que expresa la glía envolvente parecido a la célula de Schwann puede encontrarse en distintas zonas del SN, y a estas células se les denomina “Schwann-like”.

“Las células troncales producen más factores de crecimiento que la glía envolvente, y al ver la capacidad que tienen estas células para diferenciarse hacia el fenotipo que permite la recuperación funcional, decidimos cultivarlos y diferenciarlos”, manifestó.

En el Seminario Permanente de Investigación del Departamento de Fisiología de la UNAM, transmitido por Facebook Live (https://bit.ly/3sj8Kpb) y moderado por las doctoras Virginia Inclán, Jefa de dicho Departamento, y María del Carmen Cárdenas Aguayo, Coordinadora de Investigación, la doctora Gudiño Cabrera enfatizó que “las células troncales, por medio de un estímulo de medio condicionado de glía envolvente, son diferenciadas, y deben expresar p75 y GFAP para decir que es una célula tipo “Schwann-like”; posteriormente, son trasplantadas en un modelo de lesión por sección completa de médula espinal a nivel de T-9, y evaluamos la recuperación funcional a través de la escala BBB, que evalúa las articulaciones funcionales para la marcha”.

Asimismo, subrayó que se trasplantaron 100 mil células en total y se obtuvo un puntaje de 8 en la escala BBB, sin embargo, se observó que las células precursoras neurales no diferenciadas inducían más recuperación que las diferenciadas al fenotipo “Scwhann-like” y esto pudo ser por una manipulación de las células gliales o porque, efectivamente, las precursoras funcionan mejor en este modelo.

“Las células troncales estimulan la regeneración de los propios tejidos, producen factores tróficos y antiinflamatorios, por lo que se emplean como terapia celular regenerativa, ya que son capaces de sustituir células dañadas por enfermedad o por lesiones”, concluyó la especialista.

Azucena Xancopinca