El Internado es uno de los años con más retos para quien se forma como médico cirujano, tanto académica como emocionalmente, pues día a día los alumnos se enfrentan a ellos mismos y a sus habilidades para continuar.

Por ello, un grupo multidisciplinario de investigadores se dio a la tarea de estudiar el efecto de los cambios en el ritmo de actividad-descanso y cómo éste influye en el desarrollo de la depresión. “Uno de los objetivos de este análisis fue estudiar la depresión con cuestionarios subjetivos y contrastarlos con datos objetivos basados en series de tiempo, para mostrar qué tan activos son los estudiantes en función de la hora del día, y con técnicas matemáticas, darle un número a las fluctuaciones, analizar su estadística, y entender qué está pasando en el cuerpo humano”, señaló el doctor Rubén Fossion, investigador del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM.

Al analizar los datos obtenidos, se encontró que al menos uno de cada tres estudiantes padece síntomas depresivos de forma significativa. “Las causas atribuidas están principalmente relacionadas al estrés durante su formación, y un factor agravante es que la gran mayoría no recibe tratamiento, por lo cual es importante proveer programas de detección oportuna”, indicó la doctora Silvia Aracely Tafoya Ramos, investigadora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina.

Durante el seminario de investigación de dicho Departamento, titulado “Efecto de los cambios en el ritmo actividad-descanso sobre los síntomas depresivos de alumnos en el Internado Médico”, la doctora Vania Aldrete-Cortez, coordinadora de Investigación de la Escuela de Psicología de la Universidad Panamericana, comentó que respecto a los niveles de resiliencia, se observó que cuando éstos son más bajos, hay una mayor probabilidad de padecer depresión; además, el antecedente familiar y los síntomas depresivos, son variables que juegan un papel importante en el desarrollo de este padecimiento.

“En un segundo estudio comparamos los parámetros circadianos con la presencia de vulnerabilidad y vimos que el antecedente personal de depresión más niveles bajos de resiliencia, resultaban en parámetros bajos de salud circadiana; que los estudiantes con episodios depresivos anteriores y actuales mostraban alteraciones en los ritmos circadianos, y que los alumnos que han sufrido episodios depresivos y no son resilientes, son aún más vulnerables al estrés y susceptibles a nuevos episodios de depresión”, explicó la doctora Aldrete-Cortez.

Para concluir, la doctora Silvia Aracely Tafoya Ramos apuntó que la implicación más importante del estudio, es que se puede contribuir en disminuir la vulnerabilidad al estrés y a la depresión al mejorar la salud circadiana, esto al promover acciones que favorezcan el retorno de hábitos adecuados de sueño, así como aumentar la exposición a luz natural e incidir sobre las habilidades de resiliencia de los alumnos.

Victor Rubio