Actualmente, nos encontramos en un momento complicado de la contingencia, pues las personas que requieren de atención hospitalaria son aisladas de su familia, por lo que pierden todo contacto; es por ello que el personal de salud debe ser empático y brindar la información necesaria a los familiares sobre el estado de salud y los procedimientos que se le realizarán al paciente.
“Es una situación difícil, pues los familiares no tienen información y en los hospitales no se les da; por ejemplo, pocas personas saben que el procedimiento a seguir en caso de que alguien con COVID-19 fallezca es la incineración del cuerpo, esto con el fin de evitar contagios, por eso cuando la familia se enfrenta a no ver el cadáver puede sentirse confundida, enojada o culpable porque no hay una información clara por parte de los médicos, aunque hay algunos hospitales que se encuentran más organizados y les brindan información más puntual y cuidan la empatía. Además, le agregamos que el no ver el cadáver, no hacer un ritual funerario y no poder tener el apoyo social debido a la contingencia, impide que los familiares puedan despedirse de su ser querido y se les dificulte más la asimilación de un evento de tal magnitud”, explicó la maestra Mariana Edith Rodríguez Lugo, psicóloga en el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Por ello, es importante que las personas que están enfrentando un duelo sigan algunas de las siguientes recomendaciones: reconocer todo lo que sienten y entender que esto es válido, por ejemplo, el enojo, la tristeza, o la culpa. Además, debe ser expresado con la familia, ya que es un núcleo donde puede haber mayor intimidad y seguridad, y si no están dentro de la misma casa puede ser mediante el uso de la tecnología, para así hablar del ser querido recordando los momentos agradables o para expresar la tristeza o el dolor que esto puede estarles causando.
“La comunicación y la expresión de lo que sentimos previene la posibilidad de desarrollar un duelo complicado en un futuro, por eso es necesario adaptarnos a las posibilidades actuales”. También existen otras formas en la que podemos expresar lo que sentimos, ya que al no tener un ritual funerario en este tipo de muertes es necesario hacer rituales propios, como escribir una carta donde se mencione todo lo que no se le pudo decir al ser querido, lanzarla en un globo, o, entregarla metafóricamente; se puede adaptar un espacio donde se le rinda tributo y colocar algunas cosas que le gustaban para que así se vuelva un lugar donde se pueda hablar con él y expresar los sentimientos o realizar algunos dibujos que le permita exponer de forma simbólica lo que no puede decir en palabras”, comentó la maestra Rodríguez Lugo.
De ser necesaria la atención de un especialista, la Facultad de Medicina ofrece a su comunidad algunos talleres, atención psiquiátrica, o bien, orientación psicológica en línea. Mientras que para la población en general existen organizaciones y asociaciones que se dedican al trabajo del duelo; en los hospitales también puede informarse para ver la posibilidad de tener apoyo en el tema.
“Sabemos que las familias no sólo se conforman por adultos, también hay niños y es importante explicarles todo lo que acontece, hacerlo de acuerdo a su edad, su capacidad, realidad, siempre de forma amorosa y respetando los sentimientos, además de no ocultarles la verdad ni usar eufemismos como decir que se fue al cielo o se durmió, si no decir que falleció o murió”, concluyó la maestra Rodríguez Lugo.
Diana Karen Puebla Rosas