”Cuando hablamos de justicia transicional nos referimos a un campo específico de actividades, de mecanismos, de procesos por medio de los cuales se busca atender tanto las causas como las consecuencias y el legado de un fenómeno de violencia de alto impacto y a gran escala”, declaró la maestra Sonja Perkic-Krempl, asesora de la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda.

Como parte del Primer Seminario Web “Sobre Violencia, Justicia Transicional y Cultura de Paz», organizado por la Licenciatura en Ciencia Forense, la maestra Perkic-Krempl habló sobre la “Justicia Transicional, alcances y desafíos en casos de desaparición de personas en México”.

De acuerdo con la especialista, desde los años 60 hasta la actualidad, se han registrado alrededor de 60 mil desaparecidos en el país, aunque consideró que podrían ser el doble. Este fenómeno no sólo afecta a los familiares, sino habla de una falla por parte de las instituciones que no han podido dar respuesta ni han implementado suficientes mecanismos en materia de derechos humanos y justicia.

“La desaparición de una persona viola una larga lista de derechos humanos que, entre otras cosas, es el derecho de un trato digno, el derecho de la libertad, el derecho a la integridad y el derecho de igualdad ante la ley. Cuando los crímenes se mantienen impunes, siempre hay responsabilidad del Estado”. Mtra. Sonja Perkic-Krempl.

A través del campo de la justicia tradicional se buscan mecanismos y procesos que buscan atender esta problemática, además de dilucidar los hechos y los contextos en donde ocurren las violencias. También pretende combatir la impunidad de los casos, resarcir a las víctimas por el daño e impedir que se repita en un futuro.

Un pilar importante para lograr esto es a través de la verdad, la cual es descrita por la maestra Perkic-Krempl como darle voz a las víctimas y a los victimarios. “Los dos tienen una certeza y una versión de los hechos. La verdad de un pueblo masacrado es totalmente otra que la verdad de un país o Estado que los masacró; entonces es importante, en este proceso, darle voz y espacio, reconstruir los hechos y crear la memoria sobre lo ocurrido”, explicó.

Destacó a la justicia como la última parte de la base para sancionar a los autores intelectuales de las desapariciones, las estructuras coludidas y las cadenas de altos mandos involucradas. Asimismo, es importante entender que a través de este concepto no se puede subsanar todo, pero pueden dar voz y confirmar una verdad (la de las víctimas), la que suele ser negada por los perpetradores.

“Sin la verdad, la memoria o la justicia, es muy difícil hablar de reparación y todavía más difícil de la no repetición; es decir, a lo largo de un proceso de justicia, el objetivo final es que no vuelvan a suceder los hechos que ocurrieron, y entender que cada contexto tiene su propia dinámica”, apuntó la maestra Perkic-Krempl.

La ausencia del Estado, combinado con la desigualdad social y sostenida por las instituciones, tiene como resultado todo tipo de violencias, conflictos y ofrece terreno fértil para el crimen organizado. En este marco, la justicia transicional busca crear las condiciones para que, a largo plazo, una sociedad pueda transformarse y garantizar la no repetición. Y esto involucra tanto al Estado, como a la propia sociedad, concluyó.

Eric Ramírez