Para actualizar el contexto del carcinoma hepatocelular, la estudiante de la Licenciatura de Médico Cirujano, Ana Elena Hoyos Lázaro, presentó la investigación “Actualidades en la sobrevida y el abordaje del carcinoma hepatocelular”, bajo la tutoría del doctor Eduardo Esteban Montalvo Javé, médico adscrito a la clínica de hepato-pancreato-biliar, realizada en el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”.

El propósito de esta revisión fue presentar una actualización de la literatura abordando los aspectos clínicos y epidemiológicos más relevantes que ejercen un impacto directo en la sobrevida de este tipo de cáncer, en conjunto con las estrategias terapéuticas que han demostrado tener mejor pronóstico a corto y largo plazo, detalló la estudiante durante la primera sesión del seminario del Programa de Apoyo y Fomento a la Investigación Estudiantil.

El carcinoma hepatocelular, a nivel mundial, es la sexta neoplasia más frecuentemente diagnosticada y la cuarta causa de muerte reportada en el año 2018. El cáncer de hígado ocupa el quinto lugar en incidencia a nivel mundial. De acuerdo con datos recientes, la incidencia continúa aumentando a diario en todo el mundo; particularmente en México, donde se ha observado un incremento de esta patología durante los últimos 30 años.

Se conocen muchos factores de riesgo asociados a esta patología, de los cuales destacan la infección por virus de hepatitis B y C, edad y algunas comorbilidades como diabetes y enfermedad hepática crónica.

La alumna encontró que la combinación de dos estrategias: la resección hepática en conjunto con el trasplante hepático ha demostrado tener muy buenos resultados a largo plazo. Este abordaje es considerado el tratamiento de elección por su buen pronóstico, pues ha reportado poseer el mayor potencial para “curarlo”, la técnica quirúrgica permite resecar el área donde se encuentra el cáncer infiltrado más el parénquima hepático dañado.

En pacientes que presentan recurrencia del cáncer y en pacientes que se encuentran en lista de espera para trasplante, se pueden ofrecer otras opciones terapéuticas, entre las que destacan: la terapia de ablación con radiofrecuencia y la quimioembolización transarterial de la arteria hepática, quimioterapia e inmunoterapia.

Finalmente, Ana Elena Hoyos concluyó que la elección de una opción de tratamiento o su combinación para conseguir un efecto sinérgico en particular dependerá de factores de riesgo individuales, sus comorbilidades, la etapa de la enfermedad en la que se encuentre el paciente al momento del diagnóstico en conjunto con la disponibilidad de un órgano donante, en caso de ser un potencial candidato.

Cabe señalar que debido a la contingencia por COVID-19 las estudiantes hicieron un receso y continuarán el proyecto una vez que se reanuden las actividades.

Jaime Ugarte