La violencia puede ser un acto de dos tipos: final o instrumental. En la primera se tiene el objetivo de acabar con una vida; la segunda, tiene que ver con los medios utilizados para lograr una tarea especifica, por ejemplo, las reprimendas políticas, cuya finalidad es amedrentar a cierto grupo y advertir a sus compañeros.
Para cerrar las sesiones del Primer Seminario Web: “Sobre Violencia, Justicia Transicional y Cultura de Paz”, organizado por la Licenciatura en Ciencia Forense (LCF), la doctora Anahy Rodríguez González, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, habló sobre “Reflexiones acerca de la empatía, la memoria histórica y la reconciliación en la sociedad mexicana”.
Recordó que la violencia tiene varios elementos como la ecuación personal, que hace referencia a las características individuales del sujeto que agrede, para poderlas justificar. “Aquí nos preguntamos cuáles son las condiciones que puedan considerar que una conducta agresiva está justificada y cómo definimos a aquellos sujetos a los cuales va a aplicar ese acto”, señaló la especialista.
Por otro lado, está el contexto en donde se realiza el crimen, “en este punto se identifican dos tipos de entornos: el social, con un margen amplio, ideología, costumbres y sistema de creencias de una sociedad; y el situacional, lo que el sujeto sufre como resultado de la desigualdad. Mientras no podamos cortar esa brecha social, difícilmente vamos a poder lograr una cultura de paz y una reconciliación dentro del tejido social”, explicó la doctora Rodríguez González.
La última parte de estos elementos es el fondo ideológico que informa de las construcciones discursivas que determinan la justificación de las agresiones. Resulta fundamental entenderlo, porque en el país hay un gran número de grupos vulnerables y los victimarios se vuelven víctimas en diferentes aspectos de su dinámica física y social, apuntó.
“La violencia es un tema complejo y que, como profesionales en el área, hablemos de la cultura de la paz desde los contextos más íntimos de nuestra abstracción hasta los panoramas más amplios, es motivo de orgullo. Agradezco todas las participaciones. Felicidades al equipo por la organización y seguimos trabajando para estar en constante comunicación con todo el gremio de científicos forenses”, Dra. Zoraida García Castillo, coordinadora de la LCF.
En tanto, la justicia transicional se convierte en una herramienta que permite a la sociedad dar respuesta a esto, y pasar de un estado de violencia extrema a uno de pacificación y reconciliación de la población. Para ello, también resulta fundamental la memoria histórica, en donde se reconstruyen las identidades sociales.
“Esta transformación implica dejar de ver al conflicto como un símil, e implica tomarlo como un punto de transformación a través del diálogo. Entonces dejamos de ver el problema como algo que genera estrés y comienza a verse como una oportunidad de cambio, donde la empatía será un punto central”, comentó la doctora Rodríguez González.
Eric Ramírez