La actividad clínica es una intervención en y con seres humanos, y cuando se habla de preclínico ellos no intervienen. Esta distinción es importante porque la actividad clínica se divide en dos grandes rubros, por un lado, está la práctica clínica que es la aplicación de un proceso previamente validado con la finalidad de causar un beneficio directamente a un paciente y, por otro, la investigación clínica, donde se busca validar un proceso o procedimiento con la intención de aumentar el conocimiento cuando se interviene el cuerpo del sujeto de investigación.   

“El consentimiento informado es un proceso mediante el cual el paciente recibe información por parte del personal sanitario para comprender aspectos fundamentales de alguna intervención a realizar sobre su cuerpo, para que pueda consentir, o no, que tal intervención se realice”, explicó el doctor Jorge Alberto Álvarez Díaz, académico del Departamento de Atención a la Salud de la División de Ciencias Biológicas de la Salud de la UAM-Xochimilco.

Indicó que el consentimiento informado en la práctica clínica es una decisión sustancialmente autónoma, esto es que el paciente tenga la intención de decir que sí o no al procedimiento, y deberá ser emitido luego de comprender que está autorizando o no la intervención que consiste en realizar una serie de actos en su cuerpo, y conocer las ventajas y desventajas, efectos secundarios o consecuencias, y esta decisión deberá estar libre de influencias controladoras, tanto externas como internas.

También hay un proceso de consentimiento informado en la investigación clínica que consiste en dar información para pedir permiso de intervenir en ese cuerpo, no para causarle un beneficio directo, sino para aumentar el conocimiento. Existen ciertas pautas que deben contener este consentimiento: la justificación y objetivos de la investigación, procedimientos a usarse, molestias o riesgos esperados, beneficios que pueden obtenerse, así como los procedimientos alternativos que pueden ser ventajosos, mencionó el especialista en su plática transmitida por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM y moderada por la doctora Jennifer Hincapie, coordinadora del Programa Institucional “Ética y Bioética FACMED”.

En cuanto a la situación que se vive por la COVID-19, el doctor Álvarez Díaz apuntó que “estamos en una situación híbrida, por la exigencia de la realidad, hay un término que es el de tratamiento experimental o uso compasivo de medicamento, en donde se cruzan estas dos distinciones entre práctica e investigación; hay una intención de causarle beneficios a los sujetos que están enfermos con COVID-19 y se les están aplicando procedimientos que no están validados. El título V de la Ley General de Salud que habla acerca de investigación para la salud, tiene un artículo que regula un poco esta situación; por lo que el consentimiento informado que deberá recabarse es para investigación clínica, ya que se aplica algo que no tiene validación previa”.

Janet Aguilar