Hasta el 2 de diciembre se habían reportado alrededor de 63 millones de casos de COVID-19 en el mundo, con un millón 113 mil 543 casos confirmados en México y 105 mil 940 muertes. Además, en las últimas semanas, se ha visto un repunte importante en el número de casos en la Ciudad de México, con un aumento en el porcentaje de hospitalizaciones. Sobre ello, la doctora Rosa María Wong Chew, jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM, comentó que la Universidad de Washington proyecta 145 mil fallecimientos en México para marzo de 2021, por lo que destaca la importancia de conocer las vacunas candidatas a aplicarse, así como la estrategia de vacunación más adecuada para estos momentos y para el futuro.

Durante la charla “Los avances de las vacunas contra COVID-19”, transmitida por Facebook Live de la Facultad, la investigadora comentó que, hasta el 2 de diciembre, existían 163 vacunas en estudios preclínicos registrados por la OMS, 51 vacunas en estudios clínicos y, de ellas, se cuenta con 14 vacunas en fase III: cuatro de virus inactivados, tres de RNA, cuatro de vectores virales no replicativos, dos de proteínas y una de partículas tipo virus. “Respecto a los tipos de vacuna contra el SARS-CoV-2, si son elaboradas a partir del virus, pueden ser atenuadas o inactivadas; si son a partir de otros virus, pueden ser de vectores virales replicativos o no replicativos; si son de material genético, pueden ser de ARN o ADN, y si son hechas a partir de proteínas, pueden ser de subunidades proteicas o de partículas similares a virus”, apuntó la doctora Wong Chew.

Sobre la vacuna ChAdOx1 nCov-19 de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, la doctora Wong destacó que los últimos avances de esta vacuna señalan que, a través de la aplicación de la vacuna a adultos mayores de 60 años, se ha observado producción de anticuerpos tipo IgG y neutralizantes, reportando inmunogenicidad en edades avanzadas. Y un análisis interino de la fase 3 con 24 mil voluntarios en Inglaterra, Brasil y Sudáfrica reporta 62 por ciento de eficacia vacunal con 2 dosis completas, y 90 por ciento de eficacia vacunal con una primera media dosis y una segunda dosis completa.

Por otro lado, la vacuna Sputnik del Instituto Gamaleya de Rusia, que está basada en vectores virales de adenovirus 5 y 26 (AdV 26 y 5), en la fase I y II se reportó la participación de voluntarios sanos de 18 a 55 años entre julio y agosto y no reportaron efectos adversos severos, destacando que se produjo una respuesta inmune tanto humoral como celular a una sola dosis y que, a las dos dosis, aumentó esta respuesta en el 100 por ciento de los sujetos. Según dos análisis interinos de la fase 3 con 18 mil 794 voluntarios, Sputnik V tiene una eficacia vacunal del 91.4 por ciento a los 28 días y del 95 por ciento después de 42 días de la primera dosis.

La doctora Wong destacó que COVAX se trata de una colaboración global creada para acelerar el desarrollo, producción y acceso a pruebas, tratamientos y vacunas de COVID-19 y que su principal objetivo es garantizar un acceso justo y equitativo para todos los países que permita poner fin a la fase aguda de la pandemia y la reconstrucción de economías.

En su turno, el doctor Jorge Baruch Díaz Ramírez, responsable de la Clínica de Atención Preventiva del Viajero de la Facultad, habló sobre algunos puntos relevantes sobre las acciones que están tomando las agencias regulatorias y los consejos asesores de vacunas alrededor del mundo para emitir las recomendaciones con respecto a quiénes son las personas que, inicialmente, recibirán estas nuevas vacunas de manera prioritaria, así como cuál será el alcance que tendrán las campañas de vacunación a lo largo de los próximos años.

“Existen dos estrategias que se pueden tomar a lo largo de las campañas, una basada en reducir la transmisión y otra en conferir protección directa a grupos de mayor riesgo. Sobre la estrategia basada en reducir la transmisión, es importante considerar tres puntos: tiene un efecto limitado al inicio, requiere vacunas altamente efectivas y una vacunación masiva, por lo que quedaría descartada, por lo menos en los primeros meses, en nuestro país, ya que no se cuenta con el número de dosis suficientes para abarcar a una gran proporción de la población”, apuntó.

Por otro lado, el doctor Díaz Ramírez comentó que la estrategia de conferir protección directa a grupos de mayor riesgo permite normar de manera inicial cuáles son los grupos prioritarios, así como delimitar las necesidades del sector, al incidir en este tipo de población con una disponibilidad limitada de dosis, considerando el punto de la epidemia en el que se encuentra la población e identificando los factores de mayor riesgo de desarrollar complicaciones o muerte.

Finalmente, el investigador habló sobre el panorama pronosticado para los próximos años sobre la vacunación masiva a nivel mundial, tomando en cuenta el desarrollo, manufactura y distribución, donde se espera que las autoridades sanitarias empiecen a autorizarlas a partir de diciembre, pero el gran grueso de la población mundial lo hará entre abril y mayo del próximo año, recalcando que, en el caso de México, se contará con 34.4 millones de dosis y es necesario tomar en cuenta que sólo alcanzará para dar cobertura a 17 millones de personas, ya que se necesitan dos dosis para completar el esquema, lo que representa sólo el 13 por ciento de la población mexicana, por lo que se espera abarcar al grupo prioritario de trabajadores de la salud y esenciales.

“México ha anunciado que se tiene un contrato con BioNTech/Pfizer para obtener 34.4 millones de dosis y se espera recibir las primeras 250 mil dosis antes de finalizar el año, por lo que es necesario priorizar la administración a grupos de alto riesgo de presentar complicaciones y considerar a los grupos altamente vulnerables”, apuntó el doctor Díaz Ramírez.

Victor Rubio