Debido al alto número de contagios por COVID-19, el Gobierno de la Ciudad de México y el sector privado crearon la Unidad Temporal COVID-19 (UTC-19) en el Centro Citibanamex, donde la UNAM ha tenido una importante participación en su logística y operación para atender de manera eficiente y humanista a los pacientes con diferentes complicaciones.

Uno de los primeros médicos en trabajar en esta Unidad fue Jesús Abraham Hernández Cruz, egresado de la Facultad de Medicina y exrepresentante de alumnos ante el Consejo Universitario de esa entidad académica.

“Cuando entré a trabajar a la Unidad estaba en proceso de titulación, mi interés surgió debido a que mis compañeros y yo queríamos ayudar ante la situación que está viviendo nuestro país”, señaló el médico egresado al recordar que fue con el apoyo y la intervención del doctor Germán Fajardo Dolci, Director de la Facultad de Medicina, en conjunto con la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México, y la participación activa y organizada de algunos médicos egresados, médicos pasantes y estudiantes de la Facultad de Medicina, como se diseñó un plan logístico de la Unidad para que estos médicos pasantes o recién egresados pudieran ser contratados. “Al principio éramos 120 médicos generales, de los cuales 80 eran de la Facultad y entre ellos 75 eran pasantes o recién egresados”, detalló.

Para Abraham fue todo un cambio y un reto el trabajar en esta Unidad: “Al principio no teníamos protocolos para la atención de pacientes y censos hospitalarios, y desconocíamos casi por completo el manejo de la sindemia, sin embargo, cuando se empezó a trabajar con los pacientes vimos una mejoría y, gracias al trabajo de mis compañeros, la Unidad ha ido evolucionando hasta lo que es ahora”, resaltó.

“Al iniciar operaciones, la Unidad sólo funcionaba como hospital de referencia, contábamos con 231 camas generales y ocho de terapia respiratoria avanzada, después fue necesario ampliar la capacidad y el hospital empezó a recibir a sus propios pacientes. Entre los primeros médicos que entramos creamos tres áreas administrativas, una de investigación, seguimiento, altas y capacitación; la segunda era de triage, y la tercera de epidemiología”, detalló Abraham al destacar que gracias a los protocolos creados por el área de epidemiología llegó a ser uno de los pocos hospitales que no ha presentado brotes entre el personal de salud.

Conforme la Unidad fue recibiendo más pacientes se fueron implementando cosas positivas, como la creación de protocolos para el uso de medicamentos, nuevos manejos y sectores como C7 con puntas nasales de alto flujo, lo cual ha permitido disminuir los casos de intubación; asimismo, se incorporaron otras áreas de la salud como nutrición, fisioterapia y psicología, logrando un trabajo integral e interprofesional.

Trabajar en la Unidad ha sido de las mejores experiencias para Abraham. “Fue difícil porque muchos médicos decidimos salir de nuestros hogares para no poner en riesgo a nuestras familias, aunado al estrés que se vive. Y aunque en su mayoría hemos visto pacientes que se dan de alta bien y muy contentos, también hemos visto y vivido pérdidas de seres queridos para nuestros pacientes. Sin embargo, todo esto también me ayudó a entender que la medicina es muy amplia y que los médicos generales somos fundamentales en el sistema de salud, esto me impulsó a estudiar la maestría en Salud Pública, porque desde ahí podemos hacer cambios importantes”, concluyó.

Lili Wences y Axel Torres