El Palacio de la Escuela de Medicina, ubicado en el antiguo barrio universitario, fue construido bajo la dirección del arquitecto barroco Pedro de Arrieta, de 1732 a 1736, quien tuvo la encomienda de crear un lugar majestuoso para el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición entre la calle de los Sepulcros (ahora República de Brasil), donde se ubicaba el Real Convento de Santo Domingo, y la calle Perpetua (hoy República de Venezuela), donde estaban las cárceles secretas de la Inquisición que llevan su nombre.

“Para este recinto, Pedro de Arrieta modificó la planta arquitectónica impuesta en el Barroco y creó una fachada ochavada de cantera y tezontle dirigida a la plaza de Santo Domingo, la segunda de mayor importancia en la Ciudad Virreinal”, destacó la maestra Nuria Galland Camacho, Responsable de Servicios Pedagógicos y Contenidos Académicos del Palacio.

Durante el Curso-Taller de Historia del Arte, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM, la experta explicó las particularidades de cada espacio ubicado en este recinto emblemático, señalando cada elemento que lo convierte en un lugar lleno de historia.

“Los muros blancos de las escaleras son un recordatorio de que en algún momento se planeó que fueran cubiertos por un mural de Diego Rivera, donde el tema giraría alrededor de la apoteosis de las ciencias médicas, gracias a que, una vez abolida la Inquisición en 1820, en 1854 los profesores de Medicina encontraron en él un sitio permanente para cumplir sus funciones; así es como este edificio dedicado al oscurantismo y la terquedad humana se convirtió en un símbolo de progreso y vanguardia dedicado a la salud”, afirmó.

Victor Rubio