El Museo Nacional del Prado ubicado en la Ciudad de Madrid, España, es una obra de arquitectura neoclásica de Juan Villanueva, que originalmente fue creada para albergar el Gabinete de Ciencias Naturales, sin embargo, por diversas circunstancias no sucedió así y en 1819 alojó al museo. Su colección se orienta a la pintura más que a la escultura u otro tipo de arte; tiene su origen gracias a las colecciones reales de los Austrias, principalmente de Carlos V, Felipe II y Felipe IV y, posteriormente, de los Borbones, quienes también gustan del coleccionismo del arte y engrandecen este gran acervo, el cual se sigue enriqueciendo gracias a las nuevas adquisiciones.

“Como dato importante el Museo del Prado tiene una de las páginas de Internet más grandiosas que he visto, con una cantidad enorme de información, en donde incluso se pueden bajar las imágenes, ver los procesos que se han hecho para la conservación y el estudio minucioso de cada una de las piezas. Es una fuente realmente interesante y es un gran ejemplo de las páginas de los museos y de la generosidad que tienen al compartir su conocimiento, que en realidad es la vocación misma de un espacio como éste”, señaló la maestra Nuria Galland Camacho, Responsable de Servicios Pedagógicos y Contenidos Académicos del Palacio de la Escuela de Medicina.

Durante el Curso-taller de Historia del Arte, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina, la experta hizo un recorrido por las obras más importantes con las que cuenta el Museo. Una de ellas es Descendimiento de la cruz de Rogier Van Der Weyden, que es una pintura renacentista del norte de Europa. Los artistas de este lugar tenían la característica de ser muy hábiles con la pincelada precisa y, al pertenecer a la tradición miniaturista, representaban detalles de manera exacta.

Otra pintura es el Tríptico del Jardín de las delicias: “Es una fiesta de color, un enigma en cuanto al desciframiento iconográfico, que es lo que significa este maravilloso tríptico, que despertó por completo el interés del rey de España y quedó fascinado por la obra de este pintor que se conoce como El Bosco”.

Algunas otras obras presentadas por la experta fueron La Anunciación de Fra Angélico, Autorretrato de Alberto Durero, Las tres gracias de Pedro Pablo Rubens, Judit en el banquete de Holofernes de Rembrandt Harmensz van Rijn, David vencedor de Goliat de Michelangelo Merisi da Caravaggio, El caballero de la mano en el pecho de El Greco, y La maja vestida y La maja desnuda de Francisco de Goya y Lucientes.

Finalmente, la maestra Galland Camacho consideró que “la gran estrella del Prado es, sin duda, Las meninas, una de las obras más grandes en cuanto al formato, a la ejecución y al simbolismo de Diego Velázquez, pintor de cámara y favorito de Felipe IV”, esta pintura fue dedicada a la pareja real, Felipe IV con su esposa, quienes están posando ante Velázquez y se ven reflejados en el espejo del fondo, también se encuentran la infanta Margarita en compañía de sus meninas, dos enanos, un mastín y distintos servidores palaciegos.

Janet Aguilar