#TalentoFacMed
Con una cámara de celular dual de 16×24 megapixeles, Tabata Iraís Ordaz Ríos, estudiante de tercer año de la Licenciatura de Médico Cirujano, aprovecha el espacio que la rodea para tomar las fotografías más espectaculares que su pupila humana capta.
Siempre le ha interesado la fotografía, especialmente porque piensa que es una oportunidad de inmortalizar momentos, y a veces los sentimientos de los que van acompañados. Singularmente le apasiona compartir lo que le emociona; además, le ayuda a recordar que el mundo es hermoso y que vale la pena pararse unos momentos del día para apreciarlo.
En la secundaria y en el bachillerato le gustaba tomar fotografías, pero ya fue en la carrera cuando le dedicó más tiempo, pues tenía la oportunidad de ver el amanecer y tomarle una foto, para después irse corriendo rápidamente al salón. Además, asegura que en la Facultad como en otras partes de Ciudad Universitaria hay más elementos que capturar y se ha sentido mucho más confiada de tener un talento inherente.
Acostumbra a fotografiar flores por sus formas y colores extraños como los naranjas y los rosas, o las que suelen tener lunares; también amaneceres y atardeceres, pues piensa que tienen colores muy deleitables; y árboles cuando el sol decide posarse sobre ellos.
Tabata recuerda que en el laboratorio tomaba fotografías a los tejidos, bacterias y tinciones que podía apreciar a través del microscopio por los colores interesantes que presentaban.
En cuanto a la Medicina, disfruta mucho la Bioquímica, pues le importa entender mejor los procesos que suceden en los seres humanos para ofrecer una mejor atención clínica en su momento.
En estos tiempos de confinamiento se le ha dificultado practicar la fotografía, ya que a través de las ventanas de su hogar sólo ve edificios. Por ello, la pandemia le cambió la perspectiva y le hizo apreciar más las oportunidades y los momentos del exterior.
Ana Camila Pérez