Por medio del arte y la literatura los médicos pueden tener una formación más humanística y mayor empatía con sus pacientes. A lo largo de la historia, muchos de ellos han cultivado la creación literaria y fungido como fuente de inspiración para muchos artistas. También ha habido escritores con pasión por la Medicina y se han inspirado en ella para hacer sus obras.
Estos aspectos fueron el tema principal de la cuarta sesión del “Ciclo de charlas para despedir la semana. La pluma y el estetoscopio”, transmitida por Facebook Live y conducida por Francisco Hernández desde el Palacio de la Escuela de Medicina.
El doctor Alberto Lifshitz Guinzberg, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, recordó que su vocación se conformó a través de libros como La Ciudadela de A. J. Cronin y Cazadores de microbios de Paul de Kruif. También hizo referencia al autor Antón Chéjov, “él consideraba a la Medicina como su esposa y a la literatura como su amante y se entregó con la misma pasión a ambas. En su obra La sala número 6 relata la historia de un médico psiquiatra que atendía a los pacientes de un manicomio, pero termina volviéndose loco”, señaló. En este contexto, consideró a la literatura y las artes como una forma de terapia que puede ayudar a mejorar la condición de este tipo de pacientes.
Para ejemplificar, Francisco Hernández mencionó a Fray Servando Teresa de Mier, uno de los prisioneros de las cárceles del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de la Ciudad de México que permaneció ahí durante tres años, tiempo que aprovechó para “escribir sus memorias que le sirvieron como una forma de terapia todo ese tiempo que estuvo encerrado”, apuntó.
Por otro lado, Marcos Límenes, artista, escritor, autor de la imagen que ilustra el cartel de la cuarta charla y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, explicó que para escribir su novela La serpiente roja, su principal fuente de inspiración fue la patología que afectó su piel (pitiriasis rubra pilaris). “La enfermedad se adueñó de mi cuerpo y me hizo cambiar mi visión sobre la vida y escribir esta obra fue una manera de contar mi experiencia y afrontarla”, señaló.
También se habló de Martín Ramírez, un migrante mexicano que se fue a Estados Unidos y fue internado en un hospital psiquiátrico debido a que padeció autismo. “Él empieza a dibujar sobre grandes hojas de papel principalmente ferrocarriles y túneles sin fin, como una manera de desahogarse y escapar de su realidad. Sus obras nunca fueron reclamadas y años después fueron expuestas en museos y vendidas en millones de pesos”, explicó Marcos Límenes.
Asimismo, hizo referencia al libro Palinuro de México de Fernando del Paso, el cual relata la historia y experiencias de un estudiante de Medicina durante la época de la masacre de Tlatelolco. A su vez, el doctor Lifshitz se refirió a su libro El paciente. Una visión desde la medicina clínica en donde aborda el tema de la empatía con los pacientes y la aceptación de que todos somos o seremos pacientes en el transcurso de nuestras vidas.
Axel Torres