La obra escultórica La danza macabra es un políptico realizado exprofeso para ser parte de la vitrina que contiene un facsímil del libro De humani corporis fabrica libri septem, de Andrés Vesalio; fue elaborada por el maestro en Artes Visuales Irvin Minero Arreola, Técnico Académico Asociado “C” del Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de la UNAM.
“En la parte alta se encuentra un busto de Andrés Vesalio, el cual también ha pertenecido a nuestro Departamento por muchos años, en la parte posterior hay una pantalla donde se proyecta un video con las imágenes del libro. Esa obra, libro y busto, se encuentran en el quinto piso del edificio “B” de la Facultad, en el área del Departamento de Anatomía”, explicó el doctor Alberto Manuel Ángeles Castellanos, Jefe de dicho Departamento.
El ejemplar que posee la Facultad de Medicina es un facsímil de uno de los libros originales que se encuentra en la Biblioteca Palafoxiana de Puebla, el cual fue editado en 1543 y llegó en el año 1600 a la ciudad.
“Esta copia fue donada al Departamento de Anatomía de nuestra Facultad en el año 2014, por la Academia Mexicana de Cirugía, a través del doctor Antonio Carrasco, expresidente de ésta”, detalló el doctor Ángeles Castellanos.
Las danzas macabras son un género artístico en sí mismo, que surge en el medioevo tardío y se crean debido a la necesidad de explicar su entorno rodeado de muerte debido a las pestes y guerras.
La razón de escoger este tema para mostrar el libro de Vesalio responde a dos motivos, el primero es que este género es prácticamente una transición entre el medioevo y el renacimiento, corresponde a la etapa que genera el cambio de mentalidad que fue necesario para que surgiera un pensamiento más humanista y menos teocentrista, siendo un parteaguas en la forma de entender el mundo y que a la larga generó un pensamiento moderno.
Por otro lado, la Anatomía requiere de una forma diferente de ver a la muerte como el fin de la existencia y le da un nuevo valor, siendo el cadáver el depositario del saber anatómico y que los médicos comienzan a descubrir; prácticamente danzan con la muerte.
La obra se compone de tres módulos: Agonía, Danza y Reconciliación; así como de dos atlantes: carne y huesos, estas piezas son la versión masculina de las cariátides, esculturas que tienen una función de soporte dentro de un conjunto, por lo general dentro de la arquitectura. Estos atlantes son una representación de lo que sostiene al cuerpo humano, por un lado, el sustento óseo, y por otro, el muscular.
La pieza surge a partir de la obra musical de Camille Saint-Saëns La danza macabra, un poema sinfónico que describe un poema de Henri Cazalis, donde la muerte llega a un cementerio y empieza a tocar, al tiempo que los esqueletos salen de sus tumbas y comienzan a bailar hasta que el sol sale; dicha pieza musical sirvió para determinar los ritmos, así como su composición.
Agonía es el primer políptico, relata los horrores de la muerte y se pueden encontrar dos imágenes: la muerte tocando su violín de una manera frenética haciendo que los cadáveres salgan de sus tumbas, y la otra es un muerto que es rodeado por personas en múltiples actitudes; esta composición se refiere a lo más visceral de las emociones humanas cuando tratamos a la muerte.
En el políptico Danza se observa como imagen central una disección, donde la rodean diferentes individuos, el médico que diseca está rodeado de personas que muestran asombro e interés, el cadáver ofrece información que las personas están recibiendo de diferentes maneras, pero también se ve a Vesalio, quien toma notas de la disección misma, pues el cadáver no es un ente inútil, sino una fuente de información si se sabe aprovechar. A los pies del cadáver se observan dos personajes, un joven y un anciano, el hombre mayor sostiene un libro y señala hacia arriba con los ojos cerrados, mientras que el joven, con los ojos abiertos pone su mano en el libro en señal de protesta y señala el cadáver con su otra mano; esta escena representa que la experiencia y experimentación sobre el cadáver están por encima de conocimientos hegemónicos antiguos.
En el políptico Reconciliación, la imagen predominante es una mujer sosteniendo un cuerpo, el cual se entrega de una forma relajada y total, todo ello sobre una pila de huesos y cadáveres. Si se mira de manera atenta a la mujer se podrá observar que sus manos son huesos, siendo ésta una representación de la muerte, y el individuo está en una pose de absoluta entrega, sin preocupaciones o miedo que se observa en la primera escena del políptico. La imagen muestra una representación de la aceptación de la muerte, sin prejuicios religiosos, ni preocupaciones mundanas, la abrazamos sin miedo y entendemos que nuestra existencia tendrá un final, al igual que la de todos los demás seres vivos.
Ricardo Ambrosio