“La película No soy un hombre fácil nos muestra una realidad en la cual se invierten los roles de género y ahora las mujeres son el sexo fuerte y se comportan de manera masculina, machista y patriarcal. Son ellas quienes tienen y ejercen el poder, siendo quienes ocupan los puestos de liderazgo tanto en el ámbito público como en el privado y son los hombres quienes padecen el acoso sexual callejero, la violencia sexual y discriminaciones de todo tipo. Se nos muestra una realidad paralela en la que se reflejan una serie de clichés y estereotipos de género que son reconocibles y normalizados y que resultan muy dolorosos cuando son los hombres quienes las sufren”, explicó la maestra María Oralia Acuña Dávila, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Durante el primer Cinedebate del año, organizado por el Programa de Estudios de Género en Salud (PEGeS) de la Facultad, se analizó esta película francesa en una sesión a través de Zoom, donde la maestra Acuña Dávila recordó que Damián, quien es el protagonista, es un hombre machista y con actitudes patriarcales, se enfrenta a un mundo invertido en donde las mujeres son quienes dominan el sistema.

En la actividad se repasaron algunas escenas importantes, como el inicio que muestra al protagonista de niño cuando acepta el papel de Blancanieves de forma espontánea y el vestirse de mujer para una obra de teatro le da mucho gusto, pues fue la primera ocasión que lo volteaba a ver la niña que a él le gustaba. Acto seguido él se sorprende que sus compañerxs y los padres y madres se burlaran de él, y expresa en sesión de terapia el trauma que le generó el vestirse de mujer. Posteriormente, se analizó la escena en donde Damián se golpea la cabeza por ir distraído molestando a varias mujeres y cuando despierta se encuentra en un mundo invertido.

“El planteamiento de la película es muy hábil, nos presenta un mundo diferente, invertidos los roles; no nos muestra un mundo con valores femeninos, los valores predominantes siguen siendo masculinos, sólo en este caso los imponen ellas. Damián conoce a Alexandra, la cual es su reflejo, una mujer dominante, exitosa, manipuladora, sexista, arrogante y que considera a los hombres algo de lo que se puede beneficiar con su uso. Comienza así una relación peculiar en la cual se muestra una lucha de poder con características propias del sistema patriarcal; en este caso el hostigamiento sexual, el acoso y los roles son una demostración de desigualdad e inequidad tanto en hombres como en mujeres ante un sistema patriarcal”, destacó la especialista.

En su oportunidad, la doctora Luz María Moreno Tetlacuilo, Coordinadora del PEGeS, señaló que la película también retoma los estereotipos que la sociedad tiene sobre el feminismo para construir la narrativa de la película, sin embargo, indicó que “las feministas no queremos que los roles se inviertan, lo que deseamos es que haya equidad e igualdad entre los géneros, porque justo esa es la diferencia con el discurso patriarcal. Entonces, estamos de acuerdo en que el acoso no es deseable ni de hombres a mujeres ni viceversa”.