La música ha estado presente desde la infancia de César Damián Luna Martínez, estudiante de la Licenciatura en Fisioterapia de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien busca combinar su pasión por la música y la rehabilitación fisioterapéutica en beneficio de sus pacientes.

“La relación que he identificado entre la Fisioterapia y la música es una rama llamada musicoterapia, he leído de los estímulos sonoros y lo que puede generar en pacientes y me parece muy interesante el conjuntar la música con la rehabilitación para ayudar a la gente a sentirse bien”.

Recuerda que el primer instrumento que aprendió a tocar fue la guitarra, y para eso tomó clases, las cuales tuvo que interrumpir para dividir sus tiempos con el estudio, pero continuó desarrollando su talento musical de manera autodidacta mediante videos, y así también aprendió a tocar el bajo y el piano.

Actualmente, César forma parte de la banda Terraza Venus, integrada desde hace tres años por sus amigos de la primaria y secundaria, quienes interpretan canciones de géneros como rock y pop alternativo.

“Mi amigo Giuseppe, quien es vocalista de la banda, me inspiró para aprender música; también mi profesor Armando, quien me enseñó a tocar guitarra, influyó porque tenía mucho talento; y mi artista favorito, Siddhartha, me ha motivado a seguir su camino”, señaló.

Por otra parte, mencionó que su hermana Reyna fue el principal motivo por el cual estudió Fisioterapia, ya que tenía una enfermedad pulmonar y César la acompañaba a sus terapias, y a pesar de no entender los términos médicos le gustó el trato que tenían los doctores con ella, ya que “eran muy humanos”.

Gracias al apoyo de su familia y de sus compañeros de la banda ha podido desarrollarse en su carrera y su hobby, pues “hemos aprendido a organizarnos para usar las tardes de los domingos para ensayar”.

Así, expresó que para lograr ser un gran músico hay que “tener paciencia, ya que al inicio suele ser difícil aprender a tocar un instrumento porque las personas quieren avanzar muy rápido, pero primero hay que aprender a gatear para después caminar, todo se puede lograr, pero con paciencia”.

Karen Hernández