“A partir de la octava semana de gestación comienza un periodo de programación de la vida, es decir, no sólo se están desarrollando el cuerpo y los órganos del feto, sino que las condiciones de la madre y factores externos como los contaminantes vertidos en el ambiente, van a determinar el futuro de ese ser humano”, indicó la doctora Irma Alejandra Coronado Zarco, Subdirectora del área de Neonatología en el Instituto Nacional de Perinatología “Isidro Espinosa de los Reyes”.

Durante la última sesión del Ciclo de Conferencias 2022: Sustancias Psicoactivas en Contexto, organizado por el Seminario de Estudios sobre la Globalidad, el Programa Institucional Ética y Bioética FACMED y el campo de conocimiento de Bioética del PMDCMOS, explicó que “de acuerdo con la FDA, el consumo de opioides durante el embarazo se ubica en la categoría C, por lo tanto, implica un daño potencial al feto. La exposición puede partir desde distintas rutas: el uso ilegal, mediante una prescripción médica o como parte de una terapia de sustitución”.

En su ponencia “Usar opioides en fetos”, moderada por los doctores Claudia Rafful y David Fajardo, y transmitida por Facebook Live y YouTube, la especialista manifestó que “no hay evidencia satisfactoria en embarazadas, sin embargo, como resultado de observaciones en animales, se ha encontrado que pueden alterar el estado del feto”, entre las posibles consecuencias se encuentran: restricción del crecimiento intrauterino, desprendimiento de placenta y prematuridad que propicia complicaciones como la inmadurez pulmonar, daño neurológico, entre otras que también comprometen la salud de la madre”.

La afectación, el alcance y el tratamiento dependerán de las sustancias a las que haya estado expuesto el feto, la edad gestacional, el peso y la farmacogenómica (respuesta a los medicamentos según su organismo).

Al señalar que existen muchas circunstancias como trastornos por consumo de sustancias, dolores crónicos y enfermedades por las que pasa la madre antes, durante y después del embarazo, la neonatóloga mencionó que “se trata de un evento social y clínico; hablar de opioides en ese contexto da miedo, pero éste es sólo una alerta que tenemos que aprender a manejar para encontrar soluciones. Particularmente en Medicina, siempre hay que ver más allá de lo evidente”.

Por otro lado, abordó el tema de las prescripciones para dolor en embarazadas como parte del control prenatal y la terapia de sustitución: “Hasta el momento, la OMS acepta como alternativas sustitutivas la metadona y la buprenorfina en embarazadas dependientes de algún opioide durante la gestación”, sin embargo, advirtió que cada una conlleva ciertas complicaciones como la intoxicación o la sobredosis si no se regulan de forma óptima.

Al considerar que “el manejo de opioides en el Sector Salud es un reto, pues hay que aceptar que la paciente es dependiente de la sustancia y encontrar la alternativa adecuada para manejar su caso de la mejor manera”, la doctora Coronado Zarco propuso prestar atención a todos los aspectos psicosociales, apoyando a las mujeres con recursos de salud mental, trabajo social y vivienda. 

Isabel García