En el marco del Día Mundial del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), el Departamento de Salud Pública (DSP) de la Facultad de Medicina de la UNAM organizó un evento donde se analizó el tema desde diferentes ámbitos, como los aspectos epidemiológicos, la atención que se les brinda a las personas VIH positivas y la participación de la sociedad en este problema de Salud Pública.

Sabemos que el VIH es un padecimiento que no terminamos de controlar a pesar de que tenemos muchas campañas preventivas y hacemos muchas actividades; la incidencia si-gue siendo alta y deberíamos tener un poco más de control, sin embargo, tenemos que renovar nuestras herramientas y estrategias para llegar a la población que está en riesgo, y debemos recordar que no es solamente un problema médico, sino social y cultural, que atraviesa muchas aristas que tenemos que considerar si queremos incidir de mejor manera sobre la prevención y estoy segura de que vamos a aprender mucho en este evento”, señaló la doctora Guadalupe García de la Torre, Jefa del DSP. 

Panorama actual del Virus de Inmunodeficiencia Humana, la pandemia no declarada

En esta charla, moderada por el doctor Samuel Bravo Hurtado, representante de la Comisión Interna para la Igualdad de Género de la Facultad de Medicina (CInIG), el doctor Carlos Magis Rodríguez, académico del DSP, informó que, en México, una persona que inicia con la infección a los 20 años con un tratamiento antirretroviral adecuado puede tener una esperanza de vida de más de 75 años, misma esperanza que tiene una persona sin VIH, y añadió que a la fecha hay casi 40 millones de personas viviendo con VIH; en el último año se diagnosticaron 1.5 millones de personas y se presentaron 650 mil defunciones; además, se tiene un registro de 29 millones de personas que están siendo atendidas, “lo que quiere decir que hay 10 millones que no cuentan con un tratamiento y al no tenerlo siguen transmitiendo el VIH si continúan teniendo relaciones sexuales”, aclaró el doctor Magis Rodríguez.

Por su parte, el doctor Enrique Bravo García, académico del DSP, expresó que el Modelo de Transmisión (MoT) proporciona una estimación de la incidencia de VIH y su distribución entre los diferentes grupos según el modo de transmisión, confirmando su elevada concentración en las poblaciones clave. “Debido a que los hombres que tienen sexo con hombres y sus parejas femeninas concentran más del 75 por ciento de las nuevas infecciones por VIH, deben ser las poblaciones prioritarias para focalizar las acciones de prevención, detección y atención del VIH en México; otros grupos que merecen atención especial son las personas usuarias de drogas inyectadas y las personas trans, cuyo peso percentual en el número de nuevas infecciones es reducido, pero tienen una dinámica que podría impactar el crecimiento de la epidemia”, enfatizó.

Detección y atención médica para personas con VIH: experiencias desde la operación de los servicios

Durante esta mesa moderada por Margarita Santos Alcocer, médica pasante de Servicio Social en el DSP, la doctora Adriana Villafuerte García, académica de dicho Departamento, resaltó que la herramienta más poderosa en la atención médica para las personas con VIH es el tratamiento antirretroviral, lo que ayuda a alcanzar una carga viral indetectable para disminuir el riesgo de transmisión del virus, por lo que se convirtió en un tratamiento universal. “Antes había un requisito de que debías tener cierto número de células CD4 para poder administrar el tratamiento, hasta que posteriormente los países decidieron otorgar tratamiento a todas las personas VIH positivas; en México fue a partir del año 2015 que se incluyó la iniciativa de tratamiento antirretroviral para todos”, comentó.

“Creo que un problema grave que tenemos es que cada institución quiere ser la mejor, pero lo que debemos hacer es trabajar como sector y unificar los criterios de manejo y atención, pues creo que traería mejores resultados para las personas con VIH, y el acceso a medicamentos”, consideró el doctor Eddi Léon Juárez, infectólogo del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el SIDA, y agregó que al final del 2018 el 18 por ciento de la población ya tenía más de 50 años, y al tener VIH ya eran considerados como personas adultas mayores, por lo que además de necesitar manejo de soporte, también se deben tratar sus comorbilidades.

Asimismo, el doctor Raúl Adrián Cruz Flores, Director y epidemiólogo de la Clínica Especializada Condesa Iztapalapa, reveló que a nivel de las clínicas han tenido que modificar el algoritmo diagnóstico con la finalidad de tener resultados más eficientes, “por ejemplo un Western Blot ya no es una opción para nosotros salvo en casos muy especiales donde tenemos que discernir un diagnóstico que no nos queda claro, pero definitivamente ya no es una prueba que realizamos, nuestro algoritmo diagnóstico incluye dos pruebas rápidas, y si son reactivas pasamos a una toma para procesar carga viral y CD4, y en menos de una semana ya tendríamos el diagnóstico de las personas”, aseguró.

El papel de la sociedad civil organizada en la respuesta a la epidemia del VIH

En esta mesa moderada por el doctor Ariel Vilchis Reyes, académico de tiempo completo del DSP, la doctora Hilda Peña Andaluz, Directora Ejecutiva de INSPIRA, AC, mencionó que en esta asociación civil “el principal programa con el que empezamos a trabajar y que tiene un gran alcance es el de salud sexual a través del cual trabajamos el tema de VIH y otras infecciones de transmisión sexual; trabajamos desde el enfoque de prevención, detección y atención de VIH, hepatitis B y C, sífilis, entre otras; tenemos nuestro programa focalizado a poblaciones clave con alto riesgo de adquirir VIH, como hombres que tienen sexo con hombres, personas en contexto de trabajo sexual, población trans, personas que consumen sustancias y mujeres”, detalló.

Por otro lado, el doctor Juan Carlos Mendoza, responsable de la Línea de Investigación en Bienestar y Salud en población LGBT+ del DSP, indicó que por parte de esta línea de investigación, se propuso una asignatura optativa sobre atención a personas LGBT, “en la cual existe una unidad donde vemos situaciones de salud que enfrentan estas poblaciones y su abordaje desde una visión clínica del VIH, y al ser una asignatura sociomédica tenemos que estudiar cómo se trabaja con en el proceso de estigma, discriminación y entender los elementos que llevan a las personas a exponerse al virus y, una vez que lo tienen, las situaciones a las que se enfrentan”, apuntó.

Finalmente, el licenciado Alaín Pinzón, integrante del Consejo Ciudadano para VIH e ITS de la CDMX y Director de VIHvelibre, AC, recordó que “VIHvelibre comenzó como un grupo de apoyo, fue un deseo personal de reunirme con más personas viviendo con VIH, y compartir lo mal que nos iba en esta situación que no nos permitía avanzar en nuestras vidas y posteriormente se convirtió en una dinámica de trabajo, y todos los que trabajamos en este proyecto buscamos diversas formas de apoyarnos para salir del estigma, la discriminación y el autoestigma; si hay personas viviendo con VIH que no cuentan con medicamentos los acercamos a ellos, si necesitan hospitalizarse buscamos la hospitalización para ellos, somos personas que tratamos de hacer distintas cosas por aquellos con VIH”.

Fotografías: Brisceida López

En la actividad académica, coordinada por el doctor Ariel Vilchis Reyes, también se tomaron pruebas gratis para la detección oportuna de VIH y sífilis a estudiantes y trabajadores.

Azucena Xancopinca