En el marco del Día Mundial contra la Obesidad (4 de marzo), la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana (LCNH) de la Facultad de Medicina de la UNAM organizó una jornada académica y deportiva para reflexionar con sus estudiantes respecto a esta enfermedad.

“El objetivo que se busca es romper el estigma que existe de la obesidad como padecimiento clínico; es erróneo pensar que se reduce a un problema únicamente biológico, es todo un sistema complejo”, comentó el doctor Raúl Sampieri Cabrera, académico de la LCNH, al dar la bienvenida al evento realizado el pasado 6 de marzo en el auditorio “Dr. Fernando Ocaranza”.

La curiosidad científica de las y los futuros profesionales en Ciencia de la Nutrición Humana se vio impulsada con la presentación de proyectos desarrollados por el equipo del Laboratorio de Electrofisiología, a cargo de la doctora Julieta Garduño Torres, Jefa del Departamento de Fisiología de la Facultad.

La doctorante Sonia Ortega Tinoco presentó al núcleo accumbens como partícipe de la ingesta hedónica, reconocida por ser aquella que ocurre por placer y no por necesidad biológica. Su investigación ha comprobado el efecto anorexigénico del polipéptido de la adenilato ciclasa de la pituitaria sobre dicho núcleo, logrando inhibir conductas tipo atracón, planteando con ello la posibilidad de ser un potencial blanco terapéutico.

De la misma forma, pero basándose en la teoría serotoninérgica de la depresión (el núcleo dorsal del rafe libera serotonina al Sistema Nervioso Central, pero a niveles bajos), la investigación de la también doctorante Andrea Mondragón busca el desarrollo de un fármaco que incremente la actividad de las células serotoninérgicas de este núcleo, provoque mayor liberación de serotonina y disminuya así la conducta depresiva, y en consecuencia, debido a la relación recíproca, reduzca el riesgo de desarrollar obesidad.

Como último proyecto, se habló del núcleo arcuato, uno de los principales relacionados con el peso corporal: “Uno de los péptidos presentes en el núcleo arcuato es la proopiomelanocortina, durante la ingesta de alimentos ésta incrementa, dando por resultado sensación de saciedad”; indicó el doctorante José Enrique Ramírez Sánchez, quien actualmente estudia cómo es que la interacción de la nicotina con el núcleo muestra un efecto anorexigénico.

Posteriormente, se analizó una viñeta clínica con la participación de las y los estudiantes presentes. El escenario hipotético planteó a una mujer con reciente diagnóstico de Síndrome de Apnea del Sueño asociado a Obesidad Grado II. Se habló de la gravedad de la dismorfia corporal con la que cursaba, siendo un factor que provoca que la persona no perciba su estado de salud física y se conciba a sí misma como persona saludable. También se enfatizó acerca de la importancia de realizar check ups de salud por lo menos una vez al año, evitando así desarrollar condiciones patológicas crónicas y complicadas como lo es la obesidad.

Asimismo, se habló sobre la importancia del ambiente laboral y familiar como parte del duelo posterior al diagnóstico, pues al recibir un diagnóstico de una enfermedad se está haciendo evidente la pérdida de la salud; resaltando que de no entenderse el comportamiento gradual del tratamiento puede llevar a una repercusión emocional que termine por manifestarse en desesperación; teniendo como consecuencia mayor susceptibilidad a la desinformación existente en redes sociales.

La sesión cerró con un foro de discusión con el abordaje integral de la obesidad como centro, dando la oportunidad a los alumnos de estimular su pensamiento crítico y multidisciplinario a través de sus intervenciones. Como parte de la reflexión, se identificó que la consulta en nutrición va más allá del control de peso, pues requiere objetivos alimentarios y nutricionales justificados con un diagnóstico nutricio previo, y se abordó la importancia de trabajar a la par con la persona en la digestión, hidratación, sueño, calidad de alimentos y horarios de comida.

“Hablar de obesidad es hablar de hábitos, salud mental, redes de apoyo, desinformación en redes sociales, percepciones socioculturales, medios de comunicación y ambientes laborales complejos. Debemos tener en mente que somos personas ayudando a personas, entre mejor sea nuestro trato y más comprendamos el entorno, más apoyo podemos brindar y mejor serán los resultados”, concluyó el doctor Julián Uriarte Ortiz, académico de la LCNH.

Clase con causa

Las y los estudiantes de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana como parte de su formación integral realizan actividad física y el pasado 7 de marzo realizaron su clase de Zumba y de Salsa con el propósito de visibilizar la importancia de los entornos, así como del movimiento para promover la salud y prevenir enfermedades como el sobrepeso y la obesidad.

La alumna Alma Margarita Huerta García consideró que “este tipo de actividades son muy enriquecedoras tanto física como culturalmente, ayudan a liberar el estrés que la carrera nos puede generar, por lo que me parece muy adecuado que la Facultad ofrezca estos espacios a los estudiantes”.

Por su parte, el estudiante David Daniel Flores Serrano apuntó que “el baile es una forma de liberar el estrés y las presiones que puede causar lo académico, es bueno que, además de los deportes como fútbol, haya este tipo de talleres porque son muy útiles para cuando vamos a alguna fiesta y queremos bailar”.

Fotografías: Adrián Álvarez

“El relacionar la música con el ejercicio facilita que las personas se pongan en movimiento, y el bailar o realizar cualquier deporte ayuda a fomentar hábitos saludables como tomar más agua, descansar al dormir y alimentarse mejor, lo cual beneficia para no tener obesidad e incluso cuidar la salud mental porque liberamos el estrés y secretamos hormonas que nos hacen sentir felices”, resaltó la licenciada Karina García, instructora del Taller de Zumba del Programa de Actividades Deportivas y Recreativas de la Facultad.

Por su parte, Juana Maldonado, instructora del Taller de Salsa, Bachata y Cumbia, mencionó que este tipo de actividades sirven para hacer ejercicio, pues ayuda a quemar muchas calorías de forma divertida y de paso se aprende a bailar.

Athziry Portillo y Karen Hernández