El sesgo de género se refiere a la omisión que se hace sobre cómo son conceptualizadas las mujeres, los hombres y las relaciones entre ambos en un determinado ambiente. Si bien actualmente han aumentado exponencialmente las mujeres que se desarrollan exitosamente en las Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEAM, por sus siglas en inglés), el reconocimiento de ellas ha quedado rezagado, tanto en su práctica como en la docencia y la investigación.
En el marco de la 1ª Jornada del Morado al Verde “Conversemos sobre el #8M”, el Seminario de Género en Salud dedicó su sesión a hablar sobre los logros y retos de las mujeres en las ciencias médicas, a fin de analizar las situaciones que continúan marcando la brecha entre géneros y dar a conocer las estrategias que se han implementado para disminuirla.
Para ello, se invitó a la doctora Elia Martha Pérez Armendáriz, ponente experta en el tema, Profesora-Investigadora de la Unidad de Investigación de Medicina Experimental de la Facultad y Presidenta del Grupo Mujer y Ciencia UNAM, quien indicó que “la salud y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluidos en la agenda 2030, por lo que la falta de mayor investigación y educación a este respecto tiene riesgos sustanciales para la salud de las mujeres”.
Mencionó que, por ejemplo, en las distintas fases de estudios clínicos centrados en el desarrollo de nuevos fármacos hay una falta de inclusión de mujeres. También en los estudios pre-clínicos adolecen de la inclusión de animales hembras. Lo anterior, deja a un lado las diferencias biológicas y condiciones específicas como el embarazo y la lactancia, generando sesgos para su salud y tratamiento.
En el evento transmitido por YouTube el pasado 7 de marzo, y moderado por las doctoras Luz María Moreno Tetlacuilo, responsable del Seminario, y la doctora Yuriria Rodríguez Martínez, Coordinadora del Programa de Estudios de Género en Salud, la ponente documentó la existencia de una evaluación y reconocimiento sesgado en la Medicina (donde la matrícula femenina de pregrado y posgrado se ha posicionado en los porcentajes más altos en las últimas décadas), reduciendo su acceso a oportunidades de crecimiento profesional y retribución económica.
“A partir de la divulgación con herramientas como el libro Ciencia, Salud y Género, y de propuestas realizadas en diferentes encuentros nacionales e internacionales, tal como el 1er Congreso Internacional de Educación en Ciencias de la Salud, se ha logrado la discusión, análisis y desarrollo de programas y políticas para optimizar el desarrollo femenino en las ciencias, cuya incidencia incluye a las áreas de la salud; siendo ejemplos la creación de la Comisión Interna para la Igualdad de Género de las dependencias o CInIGs, una comisión de género en la Coordinación de Humanidades (CICIG-COHU)”, y la inclusión en la iniciativa de Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación de un cuerpo colegiado de género en el Conacyt”, indicó la doctora Pérez Armendáriz.
Athziry Portillo