Con el objetivo de generar conciencia sobre el trastorno bipolar y eliminar el estigma social que hay en torno a él, cada 30 de marzo se conmemora el Día Mundial del Trastorno Bipolar, cuya enfermedad mental afecta los mecanismos que regulan el estado de ánimo con ciertas variaciones, y se suele caracterizar por la alternancia de episodios de manía y depresión separados por periodos de estado de ánimo normal.
Durante el 2019, la Organización Mundial de la Salud estimó que alrededor de 45 millones de personas en todo el mundo padecían este trastorno, sin embargo, actualmente no hay un dato oficial de cuántas personas lo padecen, ya que ningún país tiene un registro; no obstante, se estima una prevalencia de entre 2 y 3 por ciento en la población mundial; por otro lado, en nuestro país, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, se calcula que entre el 1 y el 3 por ciento de la población lo tiene.
Es por ello que, en la tercera sesión de @DifundeconsCIENCIA, foro de discusión, difusión y debate académico transmitido por YouTube, organizado por la doctora Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM, y moderado por la doctora Ana Carolina Rodríguez Machain, académica del mismo departamento, se contó con la participación de la doctora María Yoldi Negrete, investigadora en Ciencias Medicas en la Subdirección de Investigaciones Clínicas del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, quien habló de los aspectos relacionados sobre el impacto, recuperación y funcionamiento en personas que viven con esta patología.
“De acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico, el DSM por sus siglas en inglés, existen solamente tres posibles clasificaciones para esta patología, el trastorno bipolar tipo uno, el tipo dos y el no especificado; sin embargo, si nos vamos mucho más allá del DSM, la Sociedad Internacional de Trastornos Bipolares busca resaltar que hay todo un espectro bipolar que se usa para referirse a una gran amplitud de trastornos, permitiendo ver de una manera más amplia esta patología”, resaltó la doctora Yoldi Negrete.
Asimismo, indicó que “una herramienta que utilizo bastante y que validé para que pueda ser usada en la población mexicana, es la escala COBRA, la cual hace que estas fallas que vemos en diferentes dominios cognitivos las traduce a situaciones de la vida real, es por esto que como clínicos nos es muy útil para detectar si las fallas cognitivas que está presentando la persona ya son algo que nos llama la atención y que debiéramos investigar más a fondo”.
Finalmente, la especialista comentó que “por una parte el trastorno bipolar es una enfermedad muy discapacitante que puede tener un lado muy oscuro, pero también me parece que es una patología fascinante que nos enseña mucho de cómo funciona el cerebro y también de cómo funciona el ser humano”.
En la mesa de discusión también participaron las doctoras Aracely Tafoya y Claudia Díaz, investigadoras del DPSM.
Vicky Enrimar