En el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Familias (15 de mayo), declarado por la Organización Panamericana de la Salud para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos, el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM organizó la tercera sesión del ciclo de entrevistas titulado “Miradas Diversas sobre Salud Mental”, con el objetivo de responder la incógnita de si existe la salud mental familiar.

La doctora Andrea Kenya Sánchez Zepeda, profesora asociada de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, indicó que el concepto de “familia” se ha definido como un nivel de organización sociocultural e incluso sociopolítico, pero esto ha cambiado por las exigencias de los derechos ligados a las necesidades de diferentes movimientos sociales; por ejemplo, ya se habla de familias no heterogéneas, lo cual muestra la pluralidad que puede existir.

En la actividad moderada por la doctora Olga Robelo Zarza, Coordinadora del área de Comunicación en Salud Mental del DPSM y de este ciclo de entrevistas, la doctora Sánchez Zepeda explicó que “existen dos dimensiones: la material, que hace referencia a la necesidad de trabajar para tener un hogar, comer y cubrir las necesidades que nos permiten acceder a una calidad de vida digna; y la simbólica, que identifica a las familias como organizaciones socioculturales, pues son parte fundamental de la integración social y cultural”.

Asimismo, mencionó que tener una familia es un derecho fundamental porque somos seres sociales y vivimos agrupados, incluso en algunos estudios se ha detectado que existen roles dentro de estos grupos, pero actualmente son respetadas las decisiones de cada individuo; por ejemplo, las mujeres que deciden no ejercer la procreación, no vivir en pareja, tener una familia por elección e incluso formarla con quienes no se comparte parentesco de consanguinidad.

“Estos entornos de socialización deben de ser seguros; muchas veces no lo son por la gran complejidad de que cada persona es un universo, tenemos expectativas, creencias, deseos, frustraciones y miedos diferentes, pero se deben de crear entornos de confianza; de ahí la importancia de hablar de educación socioemocional. Es necesario que exista una política de educación que reconozca la afectividad y la emocionalidad porque somos sujetos con dualidad, es decir, tenemos razonamiento, pero también sentimientos”, agregó la experta en la sesión transmitida por YouTube.

Finalmente, la doctora Sánchez Zepeda puntualizó que “antes de pensar en la sociedad que queremos, tenemos que tener claro el tipo de entorno familiar que deseamos para nuestra vida privada y no necesariamente tiene que existir un parentesco consanguíneo, lo importante es reconocer que somos seres sentipensantes; sin duda, si queremos tener sociedades más democráticas, respetuosas y pacíficas, debemos empezar desde casa”.

Karen Hernández