La salud mental de quienes padecen una enfermedad terminal es un campo en el que los profesionales de la salud deben estar debidamente preparados. Por ello, en la segunda emisión de la Cuarta Jornada Académica de Salud Mental, moderada por la doctora Olga Robelo Zarza, Coordinadora del área de Comunicación en Salud Mental del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, la maestra Azucena Marlene Morales Castañeda impartió la charla titulada “La importancia de la salud mental en pacientes que padecen enfermedades en fase terminal”.

En la transmisión por YouTube la experta en Tanatología compartió que la salud mental representa un estado de bienestar integral que permite a las personas enfrentar momentos estresantes a lo largo de la vida. Asimismo, explicó que los cuidados paliativos corresponden a las acciones destinadas a mejorar la calidad de vida de pacientes que enfrentan enfermedades crónico degenerativas y mortales, así como la de sus familias.

La importancia de procurar la salud mental radica en el beneficio que trae a los pacientes si se realiza de manera adecuada; para ello, es necesario estar capacitado principalmente en psicoeducación. A su vez, los cuidados paliativos brindan al paciente el equilibrio biopsicosocial y espiritual que necesita, muchas veces esta última esfera se olvida, por lo que la maestra Morales Castañeda recordó que hablar de salud mental está relacionado con el dolor espiritual, más allá del dolor físico.

Enseguida, enfatizó en la relevancia de iniciar el acompañamiento desde el momento en que se emite el diagnóstico de enfermedad terminal, ya que favorece el equilibrio para transitar en el proceso de vida-muerte y la aceptación de esta situación.

También aclaró que, a diferencia del dolor, el sufrimiento se relaciona no sólo con la esfera física y psicológica, sino también con la social y espiritual. Este sufrimiento, con el tiempo, se acumula, lo que intensifica los sentimientos de desgaste y desesperanza.

En cuanto a los desafíos para lograr una Medicina más humanista, enunció la necesidad de capacitar a los profesionales en salud, primero en psicoeducación, y luego para considerar las necesidades particulares de cada individuo, con el fin de abordarlas con el apoyo de sus familiares. También, resaltó la importancia de establecer un plan de cuidados paliativos integral con el objetivo de brindar un cuidado activo y total. Por otro lado, el reto en la sociedad consiste en educar comunidades compasivas que acompañen física, social y espiritualmente a sus familiares enfermos.

Finalmente, la maestra Morales Castañeda profundizó en la idea de que, ante una enfermedad terminal, no es la persona enferma quien habla o se manifiesta, sino la propia enfermedad. “Al encontrarnos con familiares en fase terminal, no estamos presenciando a la persona que conocimos, sino más bien la manifestación y el impacto de la enfermedad en su ser”, aseguró. Por lo tanto, es esencial comprender que es necesario preservar el vínculo emocional y espiritual que compartimos, a pesar de la influencia y manifestación de la enfermedad.

Por Luisa Vera