Coincidiendo con las celebraciones por el Día de Muertos, en la 6ª sesión de “@DifundeconsCIENCIA”, organizada por la doctora Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de
Medicina de la UNAM, y moderada por la doctora Silvia Aracely Tafoya Ramos, académica del DPSM, se abordó la temática “El gran reto: Vivir bien y morir mejor”.

En la mesa de discusión transmitida por YouTube el pasado 3 de noviembre, se contó con la presencia de la doctora Leticia Ascencio Huertas, psicóloga especialista adscrita al Servicio de Cuidados Paliativos del Instituto Nacional de Cancerología y docente en la UNAM, la Universidad Anáhuac y la UVM, quien habló acerca de la importancia que tiene enriquecer la propia vida para enfrentar la muerte de una manera más satisfactoria.

“Aprender a vivir depende de hacernos conscientes de nuestra naturaleza finita y aceptarla, sin embargo, cada persona lo asimilará más fácil o difícilmente por su contexto individual, familiar, social y cultural”, comentó la doctora Ascencio Huertas al añadir que las creencias espirituales y religiosas tienen gran influencia en la interpretación de la muerte y la actitud que se toma ante ella.

Por su parte, las doctoras Claudia Díaz Olavarrieta y Ana Carolina Rodríguez Machain, académicas del DPSM, compartieron su punto de vista y extendieron preguntas hacia la doctora Ascencio Huertas acerca del papel que tienen como profesionales de la salud mental en las crisis que atraviesan la mayoría de las personas ante los cuestionamientos de lo que viene después de morir. “Debemos acoplarnos a las necesidades que las y los pacientes nos compartan, y comprender por qué piensan de cierta forma sin generar juicios de valor”, resaltó la experta en cuidados paliativos.

Asimismo, explicó que enfrentarse a los tipos de muerte como la súbita o la resultante de un suicidio en las que no se realizó un cierre o una despedida, condicionan duelos complicados en los que se requiere un acompañamiento psicoterapéutico específico y a veces psiquiátrico para manejar la pérdida. “El duelo normal conlleva sintomatología similar a la depresión, sin embargo, el considerar un duelo como patológico depende del tiempo y la funcionalidad de la persona, además de valoraciones detalladas por parte de la o el psicólogo clínico”.

“Canalizar la muerte de alguien cercano precisa que hagamos tareas y acciones que den sentido a la vida de esa persona, como ceremonias o rituales en su nombre, cuestionamientos sobre los aprendizajes que nos dejó y sobre todo la resignificación de su ausencia física, aprendiendo a vivir con su presencia simbólica en nuestro corazón”, expuso la doctora Ascencio Huertas.

Por otro lado, destacó la importancia de la voluntad anticipada, “es un documento que garantiza lo que deseamos para la culminación de nuestra vida, fomentando la toma de decisiones de acuerdo con el principio de autonomía hasta el último día”, agregando que en la atención intrahospitalaria brinda protección legal a los equipos de salud.

Por L. Ixchel Díaz