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En muchas ocasiones, acudir a un procedimiento médico puede ser una experiencia de miedo e incertidumbre; ahora, si nos ponemos en los pequeños zapatos de una niña o niño, la experiencia puede ser aún más terrorífica. Esto fue lo que le sucedió a Elva Jeanine García Real, quien, durante su Servicio Social de la Licenciatura de Médico Cirujano de la Facultad de Medicina de la UNAM en el Centro DIF “Familia Juárez Maza”, tuvo que atender a niñas y niños temerosos de una valoración médica.

“Observé que a las niñas y los niños se les hacía difícil desprenderse de sus padres para ser revisados por el servicio médico, en ocasiones causándoles mucho estrés. El salón estaba pintado completamente de blanco, por lo que me surgió la iniciativa de proponer un proyecto para pintar elementos infantiles coloridos y llamativos con el propósito de volver el ambiente más acogedor, familiar, y que esto contribuyera a reducir el miedo y ansiedad a la hora de la revisión médica”, recordó la recién egresada.

Combinar el lado creativo y divertido en una carrera que pudiera parecer demasiado seria y estricta como lo es la Medicina, no es tarea fácil; pero para Elva no fue así: “Desde la infancia descubrí mi pasión por la pintura y la música, y desde entonces, pienso que cuando van de la mano podemos crear algo muy especial. A lo largo de mi vida, la temática principal que han tenido mis dibujos ha sido la propia naturaleza”, señaló.

Un reto de esta magnitud, necesitaba de un apoyo sólido: “Le platiqué a mi mamá sobre este proyecto, se emocionó mucho y me brindó su apoyo al reunir materiales de nuestra casa que nos pudieran ser de utilidad durante el proceso. Su presencia y colaboración hicieron que el proyecto fuera más llevadero y me ayudó a recordar que siempre ha estado a mi lado, estoy sumamente agradecida por todo su apoyo y por ser mi fuente constante de inspiración y fortaleza.”

A pesar de que el proyecto tuvo una duración de 2 semanas, durante las cuales trabajó de 5 a 8 horas diarias, “nunca sentí pesado el proceso, ya que por ratos los niños pasaban a saludarnos y nos confirmaban que les iba gustando”, comentó.

Finalmente, Elva deja un mensaje para la Comunidad FacMed: “Pienso que todo lo que hacemos desde el corazón siempre es una buena idea. Creo firmemente que, como médicos, poseemos talentos y habilidades únicas que van mucho más allá de la práctica clínica. Debemos buscar formas de combinar estas habilidades con la Medicina y, aún más importante, compartir nuestras capacidades con el mundo para contribuir a que sea un lugar mejor”.

Por Fernando Jacinto