El Centro Cultural Universitario (CCU) de la UNAM no sólo es un epicentro de arte y expresión, sino también un lugar donde la Medicina y la cultura convergen de manera única. En esta intersección, el doctor Julián Olivares Ciprés, médico adscrito a la Dirección General de Atención a la Salud (DGAS) de la UNAM y comisionado para atender el Servicio Médico del CCU, ha desempeñado un papel fundamental, ofreciendo atención a estudiantes, músicos, artistas, personal administrativo y al público en general que acuden en busca de entretenimiento.
“Cuando terminó mi ciclo como representante del STUNAM en la Comisión Central de Seguridad e Higiene (CCHS) en 1995, me informaron que debía regresar a mi base y se me ofreció la opción de elegir entre el Centro Médico Universitario, el Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Sur, o el Centro Cultural Universitario (CCU). Fue entonces cuando recordé la belleza del CCU, con su gran oferta de teatro, cine, conciertos, conferencias de escritores, etcétera, y tomé la decisión de unirme a este entorno cultural”, recordó el doctor Olivares Ciprés.
Asimismo, mencionó que, durante su estancia en la CCHS, consideró renunciar para realizar estudios de posgrado, pero el sindicato le recomendó aprovechar su licencia; gracias a esta oportunidad, pudo estudiar la Maestría en Ciencias Sociomédicas con énfasis en Salud en el Trabajo, adquiriendo habilidades adicionales a través de su experiencia en hospitales privados. Esta combinación de formación académica y experiencia práctica lo ayudaron para abordar las diversas patologías que atiende en el CCU.
Señaló que las consultas médicas más comunes que atiende son sobre infecciones respiratorias y digestivas, contusiones, esguinces por accidente y bajas repentinas de la presión arterial o de niveles de azúcar; además, entre los músicos suelen presentarse patologías derivadas de su actividad profesional, los ensayos prolongados, los movimientos repetitivos y la exposición al ruido de gran intensidad, entre otros, los exponen a lesiones musculoesqueléticas: tendinitis, dolores musculares derivados de posturas forzadas o inadecuadas e hipoacusias por exposición a ruido. “Sin embargo, problemas graves como accidentes cerebrovasculares o pérdidas del conocimiento por hipoglucemias son poco comunes y generalmente se refieren al hospital. El Centro Médico Universitario de la DGAS nos brinda apoyo en situaciones que requieren atención especializada u hospitalización”.
Uno de los principales desafíos que enfrenta el también egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM en su labor es la falta de concurrencia de los trabajadores para consultas médicas preventivas. A pesar de los esfuerzos por promover la atención antes de que surjan problemas de salud, la gran mayoría del personal acude hasta que ya se siente enfermo: “Hemos exhortado a través de carteles a la comunidad para que acuda al consultorio estando sana, se les haga una historia clínica y así podamos prevenir enfermedades. Continuaremos trabajando en la concientización de la comunidad de Recintos Culturales.
Por otro lado, el doctor Olivares Ciprés reflexionó sobre la relación entre el arte y la Medicina, destacando que “un músico recientemente me comentó que me mantengo sano porque me gusta la música”. Él sostiene que la recreación es esencial para la salud de un individuo y que el arte, incluida la música, influye considerablemente en la salud y bienestar general.
Consideró que “el médico debe acercarse a otras áreas de conocimiento que le permitan comprender el proceso salud-enfermedad, la Medicina por sí sola no resuelve el problema de salud de una comunidad de un pueblo, la salud es resultado de tener condiciones adecuadas de trabajo, tener un salario remunerado, vivir en condiciones ecológicas saludables, tener tiempo y recursos económicos para una alimentación saludable y para la recreación, así como tener oportunidades para su desarrollo. El sector salud de nuestro país, con la desigualdad existente y la pobreza en la población, por más esfuerzos que haga, siendo su labor importantísima, no resolverá los problemas de salud de la población”.
Finalmente, expresó que “en los casi 50 años que tengo en la Universidad, me he sentido muy a gusto. La UNAM me dio la posibilidad de estudiar gracias a su gratuidad, y el hecho de continuar en esta institución durante una buena parte de mi vida, no me ha dado más que felicidad. Quisiera que más jóvenes tuvieran la oportunidad de ingresar a la Máxima Casa de Estudios y que no hubiera rechazados”.
Karen Hernández