Un mundo acelerado con cambios constantes y una sociedad que enfrenta las consecuencias de una pandemia, junto al uso indiscriminado de dispositivos y redes sociales digitales, representan algunos de los principales desafíos que enfrentan las infancias en la actualidad. Ante esta realidad, la Organización Mundial de la Salud ha reportado un incremento en la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento en la comunidad infantil, destacándolos como las principales causas de enfermedad y discapacidad.

Para reflexionar al respecto, en el marco del Día de la Niña y del Niño (30 de abril), durante la transmisión por YouTube de la 4ª sesión del foro de preguntas y respuestas “Hablemos claraMENTE 2024” del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM, la maestra Azahalea Sarai Sánchez Morales, Coordinadora del área de Infancia y Adolescencia en el Instituto de Terapia y Análisis de la Conducta de la Ciudad de México, abordó el tema “La salud mental de nuestr@s niñ@s: ¿Cómo acompañarles?”.

Al inicio de la sesión, se presentó un video en el que los reporteros Majo y Leo entrevistaron a sus compañeros de entre 8 y 11 años de edad sobre qué es la salud mental y cómo la cuidan. Entre las respuestas, destacó la idea de que la salud mental implica no tener pensamientos negativos, evitar películas violentas, no dañar a otras personas, así como hablar del bienestar desde las escuelas; y para cuidarla, las niñas y los niños comen de manera saludable, toman sus medicamentos cuando están enfermos y realizan actividades que les gustan.

La maestra Sánchez Morales reflexionó que en el video los niños señalaron que la salud mental no es un tema que se aborde a grandes rasgos en la escuela ni en ningún otro lugar, lo que implica que muchos niños y sus cuidadores no tienen acceso a información al respecto. Sin embargo, mencionó que “cada vez hay más programas e interés de las escuela sobre si será que las emociones tienen algún impacto positivo o negativo en el desempeño académico, en la socialización, o en la deserción escolar, y los resultados son mejores si se trabaja en conjunto entre sus tutores, los docentes y la parte administrativa”.

Asimismo, comentó que el gran reto de los cuidadores con las niñas y los niños es que en el afán de protegerlos, intenten evitar que experimenten emociones negativas como la tristeza o el enojo, lo que a largo plazo podría limitar la capacidad de los infantes para tolerar el malestar y aprender a lidiar con situaciones difíciles, por lo que también es importante que les permitan sentir una gama completa de emociones y que aprendan a tolerar la adversidad.

En ese sentido, destacó que los cuidadores deben guiar a los infantes sobre cómo comunicar sus pensamientos y sentimientos de manera clara, así como enseñar con el ejemplo, pues las niñas y los niños aprenden mediante la observación. De esta manera, se establece un entorno en el que pueden crecer y desarrollarse de manera saludable.

El evento fue moderado por las doctoras Claudia Ramírez Ávila, responsable del área de Capacitación Continua del DPSM, e  Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del DPSM y organizadora del foro. 

Karen Hernández