Desde el acceso libre a publicaciones científicas hasta la colaboración global en proyectos de investigación, la ciencia abierta está transformando la manera en que compartimos y construimos el conocimiento, y tú puedes ser parte de este cambio.

En la octava sesión del Sexto Ciclo de Cursos Virtuales: Aprende el Acceso y Uso de la Información con el Sistema Bibliotecario, se abordó el fascinante tema de “La ciencia abierta en el Siglo XXI”, con el objetivo de identificar los escenarios y las condiciones en las cuales se producen, usan y comparten los trabajos académicos creados desde la ciencia abierta. La actividad contó con la participación del licenciado Óscar Maya Corzo, encargado de la Biblioteca “Dr. Nicolás León” del Palacio de la Escuela de Medicina, y fue moderada por el licenciado Javier Díaz Castorena, responsable de la Biblioteca Médica Digital.

El ponente profundizó en los principios y beneficios de la ciencia abierta, comenzando por un contexto histórico sobre los recursos digitales que se volvieron “más exigentes y demandantes; esta sensación de comunicarnos en tiempo real nos hizo darnos cuenta que la información debe llegar de manera más rápida y segura a nosotros”.

Asimismo, destacó la importancia de la colaboración y contribución a esta iniciativa global, fomentando la transparencia y la reproducibilidad en la investigación. “La ciencia abierta es hacer que el conocimiento científico esté abiertamente disponible y reutilizable para todos. Esto permite que haya un mayor intercambio de información a favor de la sociedad”.

El expositor mencionó que los usuarios que participan en este intercambio de información tienen acceso a publicaciones científicas, datos de investigación y recursos educativos. También citó a las declaraciones de Budapest, Bethesda, y Berlín sobre la publicación de acceso abierto a la información mencionando sus puntos más relevantes como la retención de derechos patrimoniales de los autores sobre la integridad de sus trabajos, que los depositarios del patrimonio cultural apoyen el acceso abierto distribuyendo sus recursos a través de internet y que las publicaciones sean reconocidas como factores de evaluación, entre otras.

Finalmente, resaltó que “debemos consolidar estas herramientas. Las instituciones no pueden funcionar sin comunicación, hoy la tecnología es parte vital de todos y debemos saber cómo utilizarla para el beneficio de las nuevas generaciones de alumnos, profesores e investigadores”.

Esta sesión proporcionó a las y los participantes herramientas y conocimientos valiosos para aprovechar al máximo los recursos bibliotecarios y contribuir al avance de la ciencia abierta en el ámbito de las ciencias de la salud.

Diego García