Soy Alma Margarita Huerta García, me describo como una mujer empática, divertida, determinada y creativa. Considero que mi capacidad para comunicarme con los demás es una de mis mejores cualidades y una habilidad con gran valor para la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana (LCNH), de la que actualmente curso el tercer año.

Siempre me ha apasionado el área de la salud y en la búsqueda de un equilibrio entre lo científico y lo social, encontré la Nutrición. Esta disciplina me ha ayudado a dimensionar el papel clave de la alimentación tanto para tener una buena salud desde edades tempranas como para el manejo de enfermedades, favoreciendo una mejor calidad de vida para las personas. Asimismo, ha ampliado mi perspectiva respecto al gran privilegio que representa el acceso a una alimentación sana y consciente. 

 En este camino por convertirme en científica de la nutrición humana, me he convencido de la relevancia de formar redes de apoyo entre mujeres, con las que compartimos una realidad llena de retos, para la construcción de espacios de sororidad en los que considero que sigue haciendo falta la consciencia colectiva. He aprendido mucho de todas las nutriólogas con las que he tenido el gusto de tomar clases, son quienes me inspiran a seguir esforzándome para hacer lo mejor que puedo y manteniendo una dirección firme hacia mis metas. 

A lo largo de estos años me he encontrado con desafíos complejos en el ámbito personal que he podido atravesar gracias al apoyo de las mujeres a mi alrededor, mi familia y amistades.

Por otro lado, entre mis experiencias de crecimiento académico, hasta ahora, destaco las rotaciones clínicas que tuve la oportunidad de empezar el año pasado. Como parte de las prácticas en diversas sedes, que comienzan a partir del quinto semestre, asistí a la  Unidad de Investigación de Enfermedades Metabólicas (UIEM) del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, donde estuve en contacto con pacientes que se encuentran en protocolos de investigación; en el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” pude hacer evaluaciones en personas hospitalizadas sobre su estado nutricional para planificar una dietoterapia, de manera que se lograran mejorar la estancia y el proceso de recuperación; durante mis prácticas en el Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana realicé observaciones a pacientes ambulatorios tomando en cuenta su frecuencia de consumo de alimentos, entre otras cuestiones, para la elaboración de sugerencias o reforzamientos. 

Me gustó bastante tener esa interacción nutrióloga-paciente y espero de todo corazón que se hayan quedado con algo de lo que les comentamos. Nuestra labor conlleva una responsabilidad muy grande, por eso es tan importante desarrollar un criterio clínico con el objetivo de tener las herramientas para brindar la mejor atención posible y garantizar la calidad de las intervenciones para cada paciente.

A una mujer que desea convertirse en nutrióloga le aconsejaría que se enfoque en lo que le apasiona y explore también las muchas áreas en las que se puede desarrollar, que construya una confianza interna para que nadie le haga dudar de sí misma y que siempre le ponga una intención a lo que haga. Le debemos mucho conocimiento a mujeres científicas admirables y podemos honrarlo reconociendo el mérito de aquellas que hoy se están formando para ejercer esta valiosa profesión en un futuro. 

Mis planes a corto plazo son terminar la licenciatura y comenzar a investigar sobre la posibilidad de realizar mi tesis. A largo plazo me gustaría estudiar una maestría o una especialización. Me interesa trabajar en nutrición clínica y también dar consulta privada. Independientemente de los plazos, quiero seguir creciendo tanto académica como personalmente, aprendiendo lo mejor de quienes me rodean y, definitivamente, espero poder impactar positivamente en las personas y atender de la mejor manera a mis pacientes.