La esclerosis múltiple (EM) es la enfermedad crónica inflamatoria autoinmune más frecuente en los adultos jóvenes, afecta principalmente en la etapa de la vida laboral, se manifiesta con una gran variedad de síntomas neurológicos y actualmente no existe una cura.

En ese sentido, en la sesión 229 del Seminario Permanente de Salud en el Trabajo, transmitida a través de Facebook Live y moderada por el doctor Rodolfo Nava Hernández, Coordinador de Salud en el Trabajo de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, se expuso el tema “Esclerosis múltiple y la vida laboral”, con la participación de la doctora Andrea Samantha Pineda Vanegas, Jefa del Departamento de Neurología del Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”.

Con los objetivos de definir qué es la EM, explicar sus características clínicas, criterios diagnósticos, tratamientos y sensibilizar sobre el impacto de esta enfermedad en el área de trabajo, la ponente explicó: “Su presencia en la población mundial es de 2.8 millones de individuos y es 2 veces más frecuente en mujeres que en hombres. Comienza a haber una desmielinización de áreas focales, además de inflamación y reacción de las células gliales. Existe una afectación en el área blanca y el área gris cerebral. Es mucho más agresiva de lo que se cree”.

Los factores de riesgo de la EM abarcan desde factores modificables como no modificables, encontrándose que existe una relación con las latitudes del planeta en las que se vive, el tiempo de exposición a la luz directa del sol, los niveles de vitamina D, tabaquismo, obesidad y exposición al virus de Epstein Barr. Al respecto, la expositora mencionó: “No necesariamente porque una persona tenga algunas de estas características es forzoso pensar que pueda adquirir EM. México es un país con baja prevalencia, pero no podemos pasar por alto los otros factores”.

“Una persona con EM puede presentar afectación ocular con neuritis óptica, síndromes de tallo cerebral, síndromes cerebelosos, síndromes hemisféricos, epilepsia, ceguera cortical y mielitis”, puntualizó la también Coordinadora Médica del Servicio de Neurofisiología del Hospital Médica Sur, añadiendo que dependiendo de donde se encuentren las lesiones, serán las manifestaciones que presentará la persona.

El diagnóstico se fundamenta principalmente en la exploración clínica y un interrogatorio profundo. “Pueden existir estados de la enfermedad que sean un momento ‘previo’ a la enfermedad expresada por completo, un estado preclínico. Al menos se necesitan 2 episodios clínicos o la evidencia clínica objetiva, es decir, la presencia de alteraciones comprobadas en la exploración física”, comentó la experta.

Estudios de imagen como la resonancia magnética mostrarán características importantes de la lesión como: localización, patrón y tamaño. “Aunque es muy importante la resonancia magnética, el mayor peso recae en la exploración física e interrogatorio”, apuntó la doctora Pineda Vanegas.

El tratamiento de la enfermedad consta de 3 ejes: manejo de los ataques agudos, prevención de recaídas y de la sintomatología, en donde el papel del profesional de la salud es monitorear constantemente el estado clínico del paciente, así como la tolerabilidad que presenta ante el tratamiento establecido. “El pronóstico está ligado a los factores de riesgo, cuadro clínico y los resultados de laboratorio e imagen. La escala Expanded Disability Status Scale ayuda a medir la gravedad de la discapacidad y el progreso de la enfermedad”, destacó la ponente.

Con respecto al impacto laboral que ejerce la EM en la vida de las personas, la fellow de la Academia Americana de Neurofisiología Clínica aclaró que, con base en la investigación de diversos estudios, se encontró que: hasta el 97 por ciento de las personas con EM se reserva comunicar su diagnóstico; los síntomas cognitivos, fatiga, enfermedades psiquiátricas y las alteraciones en la movilidad son las principales barreras laborales. En ese sentido, los largos tiempos de traslado, altos niveles de estrés, jefes hostiles y horarios inflexibles son condiciones determinantes del desempeño de las personas con EM.

La doctora Pineda Vanegas concluyó que, a pesar de que la EM tiene un alto impacto en los adultos jóvenes, el diagnóstico y tratamiento oportuno pueden mejorar la calidad de vida de las personas. También, es necesario sensibilizar a la población general sobre la enfermedad para evitar la estigmatización y discriminación.

Por Fernando Jacinto