En la 9° Feria del Libro de Ciencias de la Salud, organizada por la Facultad de Medicina de la UNAM, se presentó la conferencia “La renalasa, un posible biomarcador de salud”, impartida por la doctora Guadalupe Hernández Pacheco, Investigadora en Ciencias Médicas en el Departamento de Fisiología del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” desde 1994.
Durante la actividad realizada en el auditorio “Dr. Alberto Guevara Rojas”, la ponente indicó que la renalasa es una proteína que fue descubierta en el año 2005, que regula la presión sanguínea, se encarga del metabolismo energético, es producida y secretada en todos los órganos y tejidos, pero fue encontrada por primera vez en el riñón; además, participa en procesos de protección y supervivencia celular contra la inflamación.
“Esta proteína cumple los criterios de las definiciones de ‘biomarcador’ del Instituto Nacional del Cáncer y del Glosario de términos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. Esta proteína está aumentada en pacientes con diabetes mellitus, insuficiencia cardiaca, hipertensión, pancreatitis, infarto agudo al miocardio, nefritis, etcétera. Todas estas enfermedades son muy comunes en nuestra población”, puntualizó la también integrante de la Sociedad Mexicana de Cardiología.
Paradójicamente, se encontró un nivel bajo de renalasa en algunos pacientes con enfermedad renal crónica, pancreatitis aguda y síndrome de ovario poliquístico. No obstante, hay pacientes que antes de presentar una enfermedad, pero que cursan con factores de riesgo, pueden mostrar alteraciones en los niveles de renalasa. Al respecto, la expositora aclaró: “Los niveles de renalasa varían de forma dinámica dependiendo la enfermedad y también es posible encontrar estas alteraciones en pacientes que aún no cursan con una enfermedad establecida”.
A pesar de los beneficios que supone la utilización de la renalasa como un posible biomarcador de salud, “aún no existen criterios específicos para determinar los valores normales en sangre de renalasa”, apuntó la química bacterióloga y parasitóloga.
“Específicamente, hemos estudiado a 264 trabajadores y familiares del Instituto Nacional de Cardiología y el 61.3 por ciento tiene un nivel de salud moderado, 33.7 por ciento de nivel alto y 4.9 por ciento de nivel de salud baja”, recordó la investigadora al enfatizar que usó el Life´s essential 8 de la Asociación Americana del Corazón para definir el nivel de salud de cada paciente.
Los resultados de la investigadora fueron poco concluyentes. “Esperábamos encontrar que los pacientes con enfermedades cardiovasculares tuvieran niveles de renalasa aumentados, sin embargo, no fue la totalidad de los pacientes; incluso, aquellos considerados con una salud alta tenían cifras aumentadas de renalasa”, aclaró.
Concluyó que, a pesar de la evidente relación directa entre la renalasa y las enfermedades, se necesita estudiar con mayor profundidad la proteína para comprender mejor sus implicaciones en los procesos patológicos del cuerpo.
Por Fernando Jacinto