El Taller de Teatro de la Facultad de Medicina de la UNAM y el Programa Institucional de Ética y Bioética FACMED organizaron la actividad “¿En verdad donarías un riñón para salvarlo?”, una presentación teatral y mesa de diálogo que tuvo el objetivo de difundir en estudiantes la importancia de la educación bioética en el ejercicio de la atención de la salud.

 En el auditorio “Dr. Alberto Guevara Rojas”, la licenciada Indrani Morales Astudillo, responsable del Programa Institucional de Ética y Bioética FACMED, inició esta dinámica recalcando la relevancia de estas actividades diseñadas por la Secretaría General: “Es sumamente importante que ustedes que se están formando como profesionales de la salud, tengan muy de cerca esta disciplina que les aporta conocimientos y habilidades para deliberar, reflexionar y tomar decisiones éticas, conscientes y consensuadas para que puedan dar solución a aquellos retos que se van a presentar en su vida diaria”, compartió. 

Antes de la mesa de reflexión, el Taller de Teatro de la Facultad, bajo la coordinación del maestro Alejandro Godoy, presentó una puesta en escena con un caso hipotético de Margarita Flores, una niña de 7 años que necesita un trasplante de riñón para seguir viviendo, al ser detectada con una enfermedad renal crónica. Sus padres, el Sr. y la Sra. Flores se acercaron a médicos profesionales, quienes después de unos análisis concluyeron que sería complicado encontrar un riñón compatible al de ella. No obstante, los especialistas se percatan que la madre de Magy no es histocompatible y no puede hacer la donación, pero su padre sí lo es.

Los médicos les dan la noticia por separado; la madre muestra una profunda decepción y tristeza al enterarse que ella no podrá ayudar a su hija, mientras que el padre reacciona con sorpresa y, cuando le comunican que él sí podría salvarle la vida, reflexiona sobre las implicaciones que eso puede tener para su vida. El padre de Magy tiene miedo de los riesgos que implica la cirugía, por el hecho de morir y dejar a toda su familia, dos hijos más además de Magy, sin sustento y sin un padre, por lo que toma la decisión de no donarle su riñón a su hija, solicitando a la doctora que no le comparta esta información a su esposa y que busque otras opciones.

Con esta presentación breve y emotiva del Taller de Teatro se abrió un espacio de análisis y reflexión con las y los estudiantes presentes, quienes plantearon sus preocupaciones y su visión sobre los problemas que presenta el caso, ante la interrogante de qué es lo que harían en la misma situación de la doctora, a quien el padre le pide no informar que era compatible. En el debate, se expusieron ideas como la protección de datos, si el padre estaba tomando la decisión correcta o era respetable, o si los médicos brindaron la suficiente información a sus pacientes.Para enriquecer la mesa de diálogo, dos especialistas se sumaron a dar sus posturas y experiencia. Primeramente, el doctor Omar Guadarrama Díaz, especialista en Nefrología en el Hospital de Pediatría Centro Médico Nacional “Siglo XXI”, mencionó que estas actividades brindan un panorama amplio de lo que se vive realmente en el día a día en el sector de la salud: “Cuando yo era estudiante de esta Facultad, nunca tuvimos este acercamiento o ejercicios como éste, que resultan fundamentales porque se van a encontrar con este tipo de casos en su práctica clínica”.

El médico egresado de esta Facultad recalcó que como pediatras es común preocuparse demasiado por la salud del paciente, pero es necesario ejercer el respeto a la autonomía y a la decisión de cada persona: “En México las madres son las que más donan, sin embargo, el hecho de negarse a donar es más común de lo que parece”.

Por su parte, el doctor Víctor Martínez Bullé Goyri, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, subrayó la importancia de no dejarse llevar por situaciones emotivas: “Lo más relevante ante un caso así, es proporcionar la información suficiente para que una persona pueda tomar una decisión, y para ello es fundamental guiarnos de la Bioética e incluso del Derecho, que resuelve muchos de estos problemas que pueden no ser sólo éticos, sino legales”.

Asimismo, manifestó que, en el caso hipotético presentado, la doctora no tiene un dilema ético, sino una responsabilidad de apegarse al Derecho, porque el papá también es paciente y tiene derecho a la confidencialidad y respeto a la información médica con el médico tratante: “Aliviar el dolor de los demás es lo más humanista que puede haber. Pero nunca hay que olvidarnos del profesionalismo”.

Para cerrar esta mesa de diálogo, la licenciada Morales Astudillo apuntó que la Bioética es una disciplina de constante diálogo y reflexión: “Reconocer los propios sesgos emocionales y prioridad de valores es importante porque van a estar presentes en todo momento, pero es necesario poder tomar decisiones desde una perspectiva clara, pensada y metódica. Se debe estar consciente de que estos sesgos podrían no dejarnos ver el panorama completo”.

Fotografías: Brisceida López

Para finalizar, la doctora Gabriela Borrayo Sánchez, Secretaria General de la Facultad, entregó reconocimientos a los dos especialistas que se sumaron a la mesa de diálogo y al Taller de Teatro, a cuyos integrantes les reiteró la felicitación por su representación: “Nos situaron en el momento, sentimos la angustia y la tristeza de la familia y los doctores, y reconozco su gran trabajo. La doctora Ana Carolina Sepúlveda les agradece su esfuerzo. Desde el primer día que asumió el cargo se ha preocupado por la Bioética, y hemos trabajado en este Programa que contará con actividades durante lo que resta del año”. De igual manera, externó la invitación a acudir al Ciclo de Conferencias de Bioética y a más casos de teatro que enriquecerán el conocimiento y el aprendizaje.

Alan Valdez