La Coordinación de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM organizó la “Jornada Académica para reflexionar sobre la muerte”, evento que buscó establecer un espacio de análisis crítico y diálogo científico entre los profesionales invitados y la audiencia, con el objetivo de tratar temas sobre la muerte y aspectos relacionados, incluyendo el suicidio y las decisiones al final de la vida.
Durante la sesión transmitida por YouTube y moderada por las doctoras Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del DPSM, y Asunción Álvarez del Río, académica investigadora del mismo departamento, se abordaron distintos temas, que perseguían el análisis del fenómeno de la muerte como parte del ciclo de la vida, como un desafío ético y emocional, así como la importancia de la comunicación y el acompañamiento, el conflicto entre la ciencia y la espiritualidad, además de la necesidad de autocompasión y autocuidado.

En la presentación del evento, la doctora Vargas Huicochea mencionó que, aunque la muerte es parte inevitable en la existencia de los seres humanos, con frecuencia se evita hablar de ella: “Es un hecho que todos vamos a enfrentar y poco se piensa sobre las decisiones que se deben tomar para el final de la vida y el impacto que tendrán tanto para nosotros como para los que nos rodean”. Asimismo, subrayó la importancia de la muerte digna, concepto que ha ganado atención en la sociedad y que hace referencia a la capacidad de una persona para enfrentar su final, de manera que preserve su dignidad y autonomía.
Para iniciar con las actividades, el doctor Antonio Cerritos, Jefe del Departamento de Evaluación Educativa de la Secretaría de Educación Médica de la Facultad de Medicina, ofreció la plática “Cómo se prepara el médico para la muerte de sus pacientes”, donde compartió sus ideas y reflexiones basadas en la gran trayectoria académica que lo respalda: “El médico debe reconocer su propia muerte, la de sus seres queridos y la de sus pacientes, en ese contexto, es necesario ofrecer a las y los alumnos una formación integral que involucre aspectos humanistas, emocionales y filosóficos, incluyendo competencias espirituales, permitiendo expandir la conciencia de la persona y del acompañante”.

Posteriormente, se realizó la mesa redonda titulada “Cuidados paliativos en la atención al final de la vida”, que fue coordinada por la maestra Gina Tarditi, maestra en Psicología e integrante del Grupo Interdisciplinario de Estudios sobre el Final de la Vida de la Universidad de Glasgow, quien definió a los cuidados paliativos como la atención integral que se encarga de los síntomas físicos, emocionales, sociales e intelectuales de un paciente con una condición médica incurable o que amenaza la calidad de vida, y los consideró como una tarea pendiente y urgente en nuestro país.
La doctora Mariana Calderón, especialista en Anestesiología por la UNAM, mencionó que, a pesar de su larga existencia en nuestro país, los cuidados paliativos no han avanzado lo suficiente, sin embargo, una de sus fortalezas es la misma sociedad mexicana: “Al ser una sociedad familiar y que no abandona a sus pacientes, las personas llegan al camino de los cuidados paliativos, una buena parte de la población está interesada en hablar de estos temas y brindar una calidad de vida adecuada a sus familiares; además, existe una ley que permite a los pacientes exigir sus derechos y acceder a ellos”.

El doctor Óscar Galindo Vázquez, titular del Programa de Bienestar Emocional de la Unidad de Oncología Integrativa (UnOI) del Instituto Nacional de Cancerología, consideró que hace unos años el apartado psicosocial no era considerado como un aspecto esencial en los cuidados paliativos, sin embargo, con la incorporación de profesionales de la salud como psicólogos o psiquiatras, se ha logrado mejorar; asimismo, el área de investigación y atención de los pacientes y sobre todo de los cuidadores también ha generado un gran apoyo y visibilización del tema.

Por su parte, el doctor David Fajardo Chica, filósofo por la Universidad del Valle en Cali, Colombia, y profesor de posgrado en la UNAM, aseguró que en un contexto nacional o incluso latinoamericano, donde la atención al final de la vida en la medida de las dificultades y facultades mentales de las personas, tiene una idiosincrasia cultural, que está sujeta a las comunidades a las que pertenecen, y donde el concepto de zozobra es una herramienta para reflejar las situaciones a las que se enfrentan las personas dependiendo de sus contextos sociales.

Esta jornada académica también contó con la exposición de testimonios, como fue el caso de la participación de la maestra Elvira Cerón, especialista en Sociología, Psicoterapia sistémica y Tanatología, quien habló sobre la experiencia personal al enfrentar un diagnóstico de cáncer en sí misma; la maestra Cerón expresó la necesidad de encontrar herramientas y nuevos recursos para compartir en tiempos de adversidad y en momentos donde se nos recuerda nuestra propia caducidad, como sucede cuando se recibe la noticia de una enfermedad que, en sus palabras, la puso del otro lado de la silla: “Si bien es necesario entrar en silencio cuando se recibe la noticia de padecer cáncer, también se necesita de la comunidad y de la filosofía para transitarla”.

Finalmente, Gisela Martínez, artista independiente, actriz y bailarina, en la línea de los testimoniales, ofreció la ponencia “El suicidio”, texto de Felipe Noriega. Compartió con la audiencia el proyecto que ella ha buscado desarrollar a partir del suicidio de su pareja, en 2019. Durante la sesión, se leyó la carta donde se explican los motivos y causas que lo llevaron a una muerte auto-determinada. Luego de la experiencia quedan, por un lado, muchas preguntas sin responder, y por otro grandes aprendizajes y reflexiones: “Mi pareja me dejó una infinita experiencia de enseñanza”.

Para concluir con el evento, la doctora Álvarez del Río agradeció la asistencia de los ponentes y la asistencia del público al evento y mencionó: “Estoy muy agradecida de esta jornada y me siento muy contenta, creo que la mayoría de nosotros encontraremos la muerte en un contexto de atención médica, por eso considero importante que los médicos tengan esta preparación con sus pacientes”. Asimismo, la maestra Gina Tarditi concluyó que, aunque en el área de cuidados paliativos falta mucho por hacer, hoy se tienen las herramientas para llegar a más personas con empatía y solidaridad.

Fotografías: Brisceida López y Tomás Ortega
Tomás Ortega