“El bienestar psicológico no se refiere únicamente a la ausencia de enfermedad o al no estar mal, involucra un estado de equilibrio con un sentido positivo de la vida, de autorrealización, teniendo metas o estar en el camino de encontrarlas, abarca las relaciones sociales significativas y positivas para problemas y decisiones del día a día de una manera positiva”, mencionó la doctora Tania Vives Varela, Jefa del Departamento de Investigación en Educación Médica de la Secretaría de Educación Médica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Como parte de la vigésima tercera sesión del segundo ciclo de Conferencias sobre Ciencias Básicas, la Coordinación de Comunicación Social organizó la plática: “Bienestar psicológico en tres generaciones de egresados de la Facultad de Medicina durante la pandemia”, donde los doctores Vives Varela y Fernando Flores Hernández, Profesor de asignatura de la FacMed, ofrecieron una charla sobre la relevancia del bienestar emocional para las y los estudiantes, docentes y todos los involucrados en el proceso educativo de la Facultad.
Durante la actividad transmitida por YouTube y Facebook Live, la doctora Vives Varela aseguró que existen factores que influyen positiva o negativamente en el bienestar psicológico, por ejemplo la alimentación, el apoyo social, la gestión del estrés, el control o regulación de emociones y la empatía con las personas.
“El estrés es una respuesta natural en los seres humanos ante las situaciones que parecen complicadas o amenazantes en nuestro equilibrio, puede ser transitoria cuando se maneja bien o volverse crónica, alterando la vida en todas las esferas, desde la física, emocional, conductual, las relaciones interpersonales, hasta la toma de decisiones, lo que genera resultados negativos en el ámbito académico, acompañados de falta de concentración y procrastinación si no se regula de una forma adecuada”.
La doctora Vives Varela comentó que existen diversas causas por las que se desarrolla el estrés, entre ellas la carga académica superior al bachillerato, el desbalance entre la vida personal y escolar o las altas expectativas por parte de la familia, sin embargo, hay formas muy sencillas de afrontarlo, una buena organización del tiempo utilizando agendas es una herramienta útil, así como el apoyo social, el ejercicio y los hobbies; por otro lado, no se debe olvidar el descanso adecuado y la resiliencia para manejar situaciones desafiantes.
En su oportunidad, el doctor Flores Hernández habló sobre la diversidad que existe en el apartado emocional, es decir, procesos individualizados que dependen del contexto y características de cada persona: “Las y los estudiantes de Medicina pasan por distintos momentos de adaptación durante la carrera, tal es el caso de las generaciones 2020, 2021, y 2022, quienes aparte de vivir estos procesos de transición, estuvieron inmersas en la pandemia, trayendo como consecuencia situaciones de aislamiento, afectivas y sentimentales, condiciones familiares y de economía”.
De acuerdo con datos del ponente, entre las 3 generaciones no hay muchas variaciones, lo que habla de un perfil definido en la parte emocional independientemente del ciclo en el que están egresando, sin embargo, cerca del 50 por ciento de las y los estudiantes presentan algún síntoma de depresión y 21 por ciento tienen niveles de depresión moderados o severos, cifras preocupantes para ser carreras de la salud encaminadas a atender a la población.
“En el caso de la ansiedad, es aún mayor, cerca del 89 por ciento de la comunidad que está egresando presenta algún grado de este trastorno y es que la Licenciatura de Médico Cirujano es una de las más sometidas a altos índices de estrés. Dentro de los estudiantes analizados, poco más de 2,500, el promedio de edad fue de 24 años, donde hubo una mayor proporción de mujeres con respecto a hombres que presentaron estos síntomas, debido a la mayor población femenina del plantel, aunque existen otros factores como ser foráneo o la irregularidad escolar”, explicó.
Finalmente, el doctor Flores Hernández recalcó que pesar de las cifras mencionadas, cerca del 75 por ciento de las y los estudiantes tienen un adecuado bienestar psicológico, pues sin importar las dificultades de la carrera, tienen un buen crecimiento personal y desarrollo de sus propias capacidades: “Son una población muy competitiva que siempre busca perfeccionar ciertas cosas, aunque en ocasiones es complejo mantener la motivación y el manejo de emociones”.
Tomás Ortega