La Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM, a través del Programa Integral de Trabajo con Hombres (PROITH), y la Facultad de Medicina, mediante el Programa de Igualdad de Género, la Comisión Interna para la Igualdad de Género (CInIG) y el Programa de Estudios de Género en Salud (PEGeS), presentaron “Aula Transeúnte”, un espacio pionero para analizar cómo las masculinidades impactan en la formación y la práctica de profesionales de la salud. El evento reunió a personal académico, estudiantes y activistas para reflexionar sobre las masculinidades y los desafíos de construir relaciones libres de estereotipos en el ámbito de la salud.

La bienvenida estuvo a cargo de Lía García, la Novia Sirena, y Darío Camacho Leal, Coordinador del PROITH. Lía, creadora de la propuesta pedagógica de “Aula Transeúnte” presentó la actividad y resaltó que su objetivo es que ”las voces se amplifiquen, las voces diversas para hacer una discusión a partir de algunos temas que vamos a poner sobre la mesa para que las, les y los especialistas nos compartan cuáles han sido sus luchas al interior de la Facultad y para que cualquier estudiante que esté atravesando por este lugar donde se está realizando el Aula, se pueda involucrar también con su voz, pueda compartir y pueda preguntar”. Por su parte, Darío Camacho enfatizó la necesidad de “abrir un espacio donde podamos dialogar acerca de las masculinidades”.

La doctora Norma Blazquez, Titular de la CIGU, resaltó que “Aula Transeúnte es un experimento muy interesante, van a ver qué interesante es abrir los espacios, abrir los muros y empezar a hacer cada vez más en todos nuestros espacios universitarios, espacios seguros y de confianza, donde podamos hablar de lo que sentimos, lo que pensamos, de lo que no estamos de acuerdo, hacer propuestas y sobre todo intercambiar experiencias con personas”. 

Asimismo, agradeció a la Facultad de Medicina por “impulsar este nuevo proyecto y cómo se pueden plantear relaciones entre las personas mucho más respetuosas, más colaborativas y más enriquecedoras, a través también de mostrar unas nuevas masculinidades que esperamos que en esta Universidad se puedan expresar para evitar y prevenir la violencia”.

La doctora Gabriela Borrayo Sánchez, Secretaria General, enfatizó: “En la Facultad de Medicina estamos convencidos de la importancia que tiene el valor de la persona y lo que estamos buscando es la igualdad. Entonces, hemos estado trabajando mucho. Estamos abiertos a este tipo de diálogos, la comunidad de nuestra Facultad está viviendo otro ambiente, otra cultura y quisiéramos que cada día fuera esto más amplio, y sientan la libertad y la seguridad de estar aquí”.

Durante el diálogo, se abordaron temas como el impacto de los estereotipos de género en el cuerpo, la medicalización de las identidades y los desafíos en la formación de profesionales de la salud.  

La doctora Yuriria Rodríguez, Titular del Programa de Igualdad de Género de la Facultad y del PEGeS, compartió reflexiones sobre cómo la masculinidad hegemónica influye en decisiones médicas y políticas públicas. Asimismo, recordó cómo desde su infancia la masculinidad atravesó su vida “y desde pequeña lo percibí en términos de ese ejercicio de dominio, de poder en casa por parte de hombres, entre ellos mi padre, lo cual era un conflicto permanente por no entender que se comportara así”.

Por su parte, el doctor Juan Carlos Mendoza, profesor e investigador del Departamento de Salud Pública, indicó que “las poblaciones LGBT, en específico hombres gays, entre más transgredimos los estereotipos de género, mayor violencia tenemos. Desde mi infancia, yo aprendí a ser hombre, porque en casa me corregían toda característica que tuviera que ver con lo femenino, y en la escuela mis compañeritos todos los días se encargaban de recordarme cómo debería de ser un hombre”.

En su oportunidad, la doctora María Alejandra Sánchez Guzmán, de la Facultad de Medicina y quien tiene 19 años de experiencia en investigación y docencia en las áreas de ciencias sociales y médicas con especialización en género, violencias y salud, declaró: “Soy abogada, vengo de un entorno complejo, con una masculinidad marcada por la misoginia. Luego, al trabajar con médicos desde las ciencias sociales, me ubico en un espacio de subalternidad: como mujer, como no médica, como profesional de lo social. Es un terreno lleno de contradicciones. Cuando estudié Derecho hace años, el contexto era otro. Ahora todo es distinto, y yo también he cambiado. Nada es estático”.

El doctor Samuel Bravo, Jefe del Área Académica de Investigación de la Secretaría de Universidad Abierta y Educación a Distancia de la Facultad de Medicina, habló sobre el cáncer testicular, cuyo primer síntoma es el crecimiento del testículo, el cual puede ser interpretado por los hombres como mayor virilidad; además, muchos de los pacientes reportan que no acuden al médico porque no pueden faltar al trabajo, pues son los principales proveedores en sus hogares, o porque sus empleadores les niegan permisos.

A su vez, la doctora Elvira Sandoval, Coordinadora de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana, destacó la integración de la perspectiva de género en planes de estudio, como en dicha carrera, donde se impulsan investigaciones pioneras en evaluación nutricional para personas trans. Asimismo, recordó que “automáticamente se cree que los hombres que estudian esta carrera son parte de la comunidad LGBT, cuando no necesariamente lo son”.

El evento también permitió escuchar testimonios personales. El maestro Edgar Eduardo Jiménez, académico de Fisioterapia y representante de la CInIG, narró cómo su acercamiento a la danza y la rehabilitación lo llevó a cuestionar mandatos de género. Lía, la Novia Sirena, agradeció el trato digno recibido en la Coordinación de la Licenciatura en Fisioterapia, resaltando que “la dignidad no es un discurso, se siente en la carne”, por la experiencia de haber recibido en su proceso de rehabilitación por una lesión, lo que la llevó a conocer a la Fisioterapia.  

El doctor Rabín Martínez, experto en masculinidades y salud comunitaria, insistió en que “lo personal es político” y urgió a trabajar emocionalmente para deconstruir patrones tóxicos, así como la importancia de que los hombres trabajen en sí mismos.  

En el ámbito institucional, se resaltaron avances como la creación de la Comisión Interna para la Igualdad de Género de esta Facultad, la propuesta de incorporación de asignaturas obligatorias y la impartición de las optativas en materia de género y salud, y proyectos para transversalizar estas perspectivas en carreras del ámbito de la salud. Sin embargo, se señalaron retos pendientes, como la escasa investigación sobre masculinidades en profesiones de salud dominadas por hombres y la persistencia de sesgos en la literatura científica.  

El cierre del evento incluyó un llamado a involucrar a más hombres en estas conversaciones y a fortalecer alianzas entre facultades para combatir violencias estructurales. 

Miguel Garduño y Lili Wences