“El 8M representa la lucha de las mujeres por la participación en la sociedad, para un desarrollo íntegro como personas, en pie de igualdad con el hombre”, reflexionó la doctora Elizabeth Méndez Frías, maestra en Ciencias en Salud Ocupacional, en relación al aporte laboral de las mujeres, con el propósito de dar a conocer el impacto que tiene el empleo formal e informal, así como el papel en la salud como trabajadoras.
Durante la sesión 236 del Seminario Permanente de Salud en el Trabajo, el doctor Rodolfo Nava Hernández, Coordinador de Salud en el Trabajo de la Facultad y organizador de la actividad, destacó que reflexionar sobre el rol de la mujer en la salud ocupacional es un tema que merece gran atención para hacer mejoras a nivel social y laboral, para cambiar la perspectiva y contribuir a la equidad e igualdad en ese ámbito.

En la actividad transmitida por YouTube, la doctora Méndez Frías indicó que “se deben eliminar prejuicios para tener condiciones laborales equitativas, independientemente de género, edad o condiciones particulares, con el objetivo de erradicar ideas preconcebidas de que las mujeres sólo pueden realizar trabajos ligeros”.
”Los riesgos laborales se dividen en: físicos, químicos, biológicos, ergonómicos y psicosociales, estos últimos son el principal peligro con perspectiva de género al que se enfrentan las mujeres por inseguridad en los traslados, acoso sexual, hostigamiento laboral, desigualdad y discriminación laboral, en segundo lugar están los químicos por exposición a sustancias mutagénicas y teratogénicas que afectan específicamente a la mujer y al producto de la concepción”, explicó la experta respecto a la necesidad de describir el impacto de las inseguridades ocupacionales en las mujeres.
En ese sentido, apuntó que estudios epidemiológicos del año pasado indican que la tasa de participación laboral de mujeres es de un 46% total, en comparación con un 75% de aportación laboral de los hombres: “En México se estima que más de 13 millones de mujeres tienen un empleo informal”, añadió al resaltar que existen cerca de 54 millones de mujeres mexicanas en la población en edad de trabajar, enfatizando que el ingreso laboral promedio es más bajo en la población femenina, ya que por cada 100 pesos que recibe diario un hombre en un empleo, las mujeres reciben de 75 a 89 pesos.


La doctora Méndez Frías recalcó que las labores domésticas no remuneradas son un factor que obstaculiza la entrada de las mujeres al mercado laboral; además, las mujeres dedican 8.2 horas al día a labores domésticas y de cuidado, en promedio, es decir más que una jornada laboral completa.
Concluyó su ponencia instando a las personas a visibilizar y promover el desarrollo de actividades equitativas que involucre a ambos géneros para crear condiciones de igualdad que aseguren el acceso a las personas en las mismas condiciones: “Es un problema que compete a toda la población, la cual requiere de una intervención multidisciplinaria para tener políticas que busquen cerrar la brecha de género en la producción de nuevos empleos que aseguren el paso a nuevas oportunidades”.
Finalmente, la doctora Alejandra Silva, integrante de la Coordinación de Salud en el Trabajo, y el doctor Rodolfo Nava, quienes moderaron la sesión, realizaron una dinámica de preguntas y respuestas con el público, y agradecieron a la especialista por aportar su experiencia y conocimiento en esta actividad.


María Morales