“Son múltiples los factores que dificultan el control de la malaria, pero nuestra labor como científicos es proponer soluciones. En este caso, los metales son una alternativa que podemos aportar para el control de esta enfermedad”, afirmó la doctora Brenda Casarrubias Tabarez, profesora del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina y de la División de Ingeniería Mecánica e Industrial de la Facultad de Ingeniería. Su línea de investigación se centra en el desarrollo del vanadio como agente terapéutico, principalmente con potencial antimalárico.


Durante la conferencia “Compuestos metálicos, una propuesta diferente en contra de la malaria”, organizada por la Coordinación de Comunicación Social como parte del Ciclo de Conferencias de Ciencias Básicas, la especialista explicó que “la palabra malaria se acuñó alrededor de 1847 y proviene del italiano que es mal aire. Antes se creía que el aire proveniente de cuerpos de agua que llevaban mucho tiempo estancados, era lo que ocasionaba la enfermedad cuando las personas lo respiraban”.
La doctora Casarrubias Tabarez precisó que la malaria, también conocida como paludismo, es una enfermedad ocasionada por Plasmodium spp. un parásito transmitido a través de la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles. Entre sus síntomas se encuentran fiebre recurrente cada 3 días, anemia y daño hepático, entre otros.
Durante la sesión transmitida por YouTube, la ponente señaló que la incidencia de la enfermedad ha aumentado debido, entre otras causas, a la resistencia farmacológica por parte del parásito, aunado a la dispersión y permanencia del vector ocasionadas principalmente por el cambio climático y la resistencia a los insecticidas, respectivamente. En este contexto, subrayó la necesidad de explorar nuevas alternativas terapéuticas: “Los metales ayudan a diferentes enfermedades debido a que tienen una alta selectividad, son muy específicos, pues van en contra de lo que tienen que atacar y no atacan muchas células que pueden resultar dañadas en el tratamiento; eso hace que disminuya su toxicidad y sobre todo tienen un costo accesible”, indicó.


La experta añadió que los compuestos metálicos actúan mediante distintos mecanismos, como la generación de especies reactivas de oxígeno o alteraciones al material genético, para combatir al parásito.
Asimismo, comentó que en los laboratorios de los departamentos de Biología Celular y Tisular y de Microbiología y Parasitología se ha propuesto el uso del vanadio como antiparasitario, al demostrar que las sales de este metal, administradas a ratones infectados, combaten al parásito mediante distintos mecanismos de acción.
“Este es un panorama muy superficial de lo que hacemos aquí en el laboratorio y de la investigación de los metales en esta enfermedad. Aún queda un largo camino por recorrer para investigar y dilucidar los mecanismos de acción de estos compuestos en los parásitos”, concluyó la doctora Casarrubias Tabarez.
Ali González