“¿Qué licenciatura debo estudiar?”. Cuando María Elena Medina-Mora Icaza se enfrentó a esta pregunta dudaba entre Psicología y Medicina. Ella es doctora en Psicología Social, experta en adicciones y salud mental. Ha estado al frente del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM), uno de los institutos de investigación con mayor renombre a nivel mundial, en donde con gran vocación de servicio combina las ciencias de la salud con las sociales de la conducta y la investigación clínica.

Su infancia transcurrió en la Ciudad de México de los años cincuenta, donde la escasa urbanización todavía dejaba ver grandes áreas verdes y evidenciaba la desigualdad social. “Crecimos en contacto con la naturaleza, pero también con población que vivía en condiciones de vulnerabilidad, mi madre nos inculcó el altruismo”, asegura.

Esta convicción de servicio social la impulsó a tomar el camino de la Psicología pues, desde su perspectiva, era lo que le permitiría hacer intervenciones en comunidades y al mismo tiempo estar cerca de la Medicina.

“Cuando yo estudié, hace 45 años, la carrera de Psicología estaba muy unida a la de Medicina. Era muy importante que supiéramos los efectos de los medicamentos para poder hacer una intervención complementaria”.

Integrando las ciencias médicas con lo social
Al realizar su servicio social en el Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia, donde se desarrollaron las primeras investigaciones sistemáticas sobre el uso y abuso de sustancias adictivas del país, confirmó que podía integrar las dos ramas que más le apasionan.

“Me gustaba la salud, y el Centro ofrecía la posibilidad de incorporar las ciencias sociales con las médicas y la investigación básica. Estaba muy contenta de trabajar en un lugar que nos daba esa misión multidisciplinaria”, expresa quien forma parte de la Academia Mexicana de Ciencias y ha publicado más de 210 artículos en revistas, 187 capítulos de libros y más de 10 libros relacionados con las adicciones y la salud mental.

Confrontando realidades
El Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia es el antecedente del INPRFM que ahora ella misma dirige, éste se convirtió en un colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que permitió a la entonces maestrante la oportunidad de realizar investigaciones trasnacionales que incorporaran temas como pobreza, inequidad, género y violencia en la atención de la salud mental y adicciones.

México era ya en ese entonces un país productor de opio y las investigaciones internacionales viraban en torno a estas drogas. “Una aprende a entender su propia realidad cuando la compara con otras”, testifica.

Al iniciar su doctorado, la ex-miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM e integrante de El Colegio Nacional, estudió un curso propedéutico en ciencias sociales, lo que ella califica como el mejor año de su formación doctoral. “Yo sí creo que el cerebro se socializa, es una parte muy importante; al final todas las enfermedades tienen determinantes sociales; pero en el caso de la enfermedad mental cobran mayor impacto en el desarrollo.

Además, la salud mental no tiene los mismos privilegios que otras especialidades. El presupuesto que se le asigna es menor y está estigmatizada. A nadie le dan una incapacidad laboral por depresión, pero sí cuando tienes diabetes”, reflexiona.

La investigadora emérita de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, y miembro del College of Problems on Drug Dependence reconoce que “hay una grandísima comorbilidad entre las adicciones y la salud mental. Lo que pasa con ésta y otros padecimientos no transmisibles es que seguimos teniendo modelos de atención de enfermedades en lugar de atender las necesidades de las personas. Estos trastornos tienen factores de riesgo comunes, entonces los programas de prevención tendrían que estar ligados”.

La UNAM, una institución con gran significado
Entre otras cosas, la doctora Medina-Mora es miembro del Consorcio Internacional de Epidemiología Psiquiátrica y de la Sociedad Mexicana de Psicología. Además, se ha involucrado activamente en la revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS. Como parte de su trayectoria, asegura que estar en la máxima casa de estudios ha sido una de las mejores experiencias, y la docencia una de sus mayores satisfacciones.

Creo que no seria yo si no fuera por la UNAM

“A mis alumnos y colaboradores les recomiendo que hagan estancias en otras instituciones, que trabajen fuera un tiempo para que se den cuenta qué significa esta Universidad en nuestro país y en nuestras vidas; y lo que es tener una institución que nos abre las puertas en todos los ámbitos, tener acceso a los mejores maestros, a la educación y a la cultura”, afirma.  Su mayor recomendación a los estudiantes es aprender a reconocer todo lo que esta institución les ofrece.

Un legado al frente del Instituto Nacional de Psiquiatría
Ramón de la Fuente Muñiz, médico psiquiatra y fundador del Instituto Nacional de Psiquiatría fue su principal mentor, y quien compartió con ella todo su conocimiento y experiencia. También dejó en sus manos la responsabilidad de dirigir una de las instituciones de salud mental más importantes en nuestro país.

“El estar 10 años al frente es una de las experiencias más importantes que he tenido. No había entendido bien la dimensión de lo que él hizo hasta que fui directora. Me di cuenta de las sabias decisiones que tomó. El que el Instituto hoy tenga un nivel alto de reconocimiento, que forme a psiquiatras reconocidos en el país y mantenga muchos procesos en nivel de excelencia, tiene que ver con lo que él pensó y con lo que él hizo”.

La doctora María Elena Medina-Mora recuerda que fue el doctor De la Fuente el primero que empezó a incorporar la Psiquiatría biológica sin perder de vista la dimensión social.

Ella asegura que en el INPRFM se incorpora la investigación multidisciplinaria y reconoce que gran parte de su éxito se debe al trabajo conjunto que realizan todos los miembros de la institución: “Igual de importante es el empleado de seguridad que abre las puertas o la persona que sirve la comida, como lo son las y los investigadores, médicos, psiquiatras, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales, secretarias, técnicos, ingenieros, personal de limpieza, etcétera. La calidad depende de toda una colectividad”.

El Premio Nacional de Salud Pública “Gerardo Varela” del Consejo de Salubridad General, el National Award of Excellence in Research by a Senior Investigator, otorgado por el National Hispanic Science Network on Drug Abuse y el Award of Excellence in International Leadership, entregado por el Instituto Nacional de Abuso de Drogas (NIDA 2011), son algunos de los múltiples galardones con los que ha sido condecorada.

María Elena Medina-Mora es una mujer que combina la academia con la vida familiar, disfruta del trabajo comunitario y gusta de la lectura y la música. Ha asesorado a más de 76 alumnos e imparte cátedra en el posgrado de la UNAM; con humildad busca honrar las enseñanzas de quienes la formaron: “El doctor De la Fuente fue muy importante en mi vida, pero hubo muchos maestros que me guiaron en el camino, como la doctora Graciela Rodríguez, y hacia los que también siento mucho agradecimiento”, concluye.