Fátima Eréndira Benítez Ramírez, José Ernesto Bravo Arévalo, Eduardo Campos Chávez, Marintia Mayola Nava García y Raful Navarro Espíndola consiguieron su meta: concluir la Licenciatura en Investigación Biomédica Básica.

Ellos integran la 43º Generación de esta carrera creada en 1973, la cual ha sido un parteaguas en el modelo de aprendizaje universitario, aseguró la doctora Imelda López Villaseñor, directora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB), durante la Ceremonia de Graduación realizada en el auditorio “Dr. Alfonso Escobar Izquierdo”.

“La parte más ambiciosa de este programa siempre ha sido iniciar a los jóvenes de licenciatura en la investigación científica a través de rotaciones anuales en diferentes laboratorios y bajo la supervisión de investigadores que forman parte de nuestra planta de tutores. Esta es una actividad en la que la Licenciatura fue pionera y que ha servido de ejemplo para estructurar los planes de estudio de nuevas carreras”, resaltó.

En representación del doctor Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina, la doctoraRosa María Wong Chew, jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica, mencionó que los estudiantes graduados se han capacitado en diferentes ámbitos científicos y desde etapas tempranas iniciaron con un entrenamiento en investigación científica en Biomedicina.

“Ello permitirá avanzar en diferentes ámbitos, tanto biológicos, genéticos, inmunológicos, como celulares, para poder entender los mecanismos y procesos subyacentes de diferentes padecimientos y poder desarrollar estrategias de prevención y tratamiento que puedan tener un impacto a nivel de la salud poblacional”, destacó.

El doctor Félix Recillas Targa, director del Instituto de Fisiología Celular, aconsejó a los graduados que piensen que viven en un mundo global donde tienen que fomentar todos los días la colaboración y las relaciones, sobre todo ser respetuosos y recordar que tienen una gran responsabilidad con la sociedad. “Deseo que encuentren en la investigación científica un profundo sentido de la vida. Ser científico es una de las formas más maravillosas de enriquecerla”, concluyó.

Por su parte, el doctor Luis Antonio Mendoza Sierra, coordinador de la LIBB, habló de la importancia que ha tenido la tutoría en la formación de los investigadores biomédicos, la cual implica una nueva forma de relacionarse con el alumno, quien debe dar un mayor esfuerzo personal y tener una posición proactiva; además, da un gran peso a la enseñanza práctica y el tipo de conocimiento que se transmite es más aplicable, pues lo importante es saber para hacer y no simplemente saber.

En su oportunidad, el doctor Alejandro Zentella Dehesa, representante de los profesores, aconsejó a los graduados que no olviden el apoyo que le brindaron sus padres y maestros, y recordó la importancia del trabajo cotidiano para hacer crecer esa inteligencia que poseen.

A nombre de la 43º Generación, Marintia Mayola Nava García, afirmó que “la LIBB nos introdujo y nos puso en contacto de manera directa con el maravilloso mundo de la investigación científica. Nos abrió la mente para ir más allá de lo conocido, cuestionar lo establecido y cultivó nuestra curiosidad y sed por el saber y el querer entender”.

“Ahora es tiempo de demostrar de qué estamos hechos y de utilizar todas las herramientas que nos brindó en nuestro futuro viaje y futuras batallas. Tanto usar el conocimiento como tener la posibilidad de contribuir al mismo, son grandes poderes que implican una gran responsabilidad, por lo que debemos hacer ciencia de la manera más honesta, incorruptible, ética, rigurosa, crítica, humana y apasionada posible”, indicó.

Lili Wences e Itzel García