Roma, película ganadora de tres Oscares, fue el punto de encuentro entre estudiantes y dos de los médicos que actuaron en ella, para analizar cómo el cine puede ser un espacio para la educación médica y concientizar a la población en general.

   La doctora Zarela Lizbeth Chinolla Arellano, especialista en Ginecología y Obstetricia en la UMAE Hospital Gineco-Obstetricia del Centro Médico Nacional “La Raza”, recordó cómo una amiga le dijo que hiciera casting para ganarse el papel de la doctora Margarita Vélez, quien confirma el embarazo y atiende el parto de Cleo, una trabajadora doméstica que queda encinta en su primera relación sexual, no tiene control prenatal y en el momento del periodo expulsivo su hija nace muerta (ovito).


En Roma hay cuatro puntos importantes de analizar: la educación sexual, la anticoncepción, el control prenatal y la atención obstétrica. Temas que en el 2019 siguen vigentes.

   “Lo primero que tenemos que comprender es el contexto donde se desarrolla la historia y la situación cultural de cada paciente. No es lo mismo un parto en un hospital privado que en un público, o en la sierra. En 1971, la Medicina era muy tutorial, había cosas que se daban por hecho; a mí me tocó la transición entre la  vieja y la nueva escuela”, explicó la también profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM a los alumnos que abarrotaron el auditorio “Dr. Alberto Guevara Rojas”.

   Consideró que para tener una visión crítica, es necesario haber estado en un parto: ”Cuando nace un bebé todos esperan, si llora sigue todo normal, pero si no, hay un silencio sepulcral que nadie puede soportar. En Ginecoobstetricia siempre se involucran muchos sentimientos y emociones. Cuando acabó la escena todos estaban llorando y me preguntaban ‘¿cómo vives con eso?’; afortunadamente no se presenta tan seguido, pero tenemos que aprender que ante la vida está la muerte, y ante la salud hay enfermedad”.

   Por otro lado, mencionó que la educación médica es indispensable para enlazar a la Bioética, cuyo concepto se introdujo en 1979 y tiene como propósito formar a un individuo para que tome decisiones correctas, considerando aspectos biológicos, jurídicos e incluso filosóficos. En Obstetricia hay hasta cuatro caminos:la reproducción asistida, el aborto, la anticoncepción y el control prenatal.

    “México tiene un problema de salud pública, pues los datos revelan que el inicio de la vida sexual es a los quince años y esta edad se está reduciendo; el 44.5 por ciento de esos adolescentes no usa métodos anticonceptivos. Los embarazos no planeados representan también un grave problema y en la anticoncepción hay aspectos culturales y religiosos que en ocasiones impiden una planificación familiar”, indicó.

   El Plan Nacional de Desarrollo establece la importancia del control prenatal. “Éste nos permite determinar los factores de riesgo, así como la prevención y detección de los defectos de nacimiento, que también es muy relevante”, aseguró la especialista al indicar que la mortalidad materna se ha disminuido con atención oportuna y eficaz.

   Al considerar que lo más importante de su experiencia en Roma fue el trabajo en equipo, la doctora Chinolla destacó que los participantes en las escenas médicas eran profesionales de la salud, pues el director Alfonso Cuarón quería realismo, ya que nunca había creído a los actores cuando los personificaban.


«La formación médica no sólo es académica, es cultural y humanista; es una profesión donde tienes que desarrollar múltiples destrezas»


Dra. Zarela Chinolla

   Para el doctor Abel Jalife Montaño, quien es cirujano en el Hospital General de México y personificó al doctor Mario Zavala, sucesos como los que se mostraron en Roma son importantes para generar conciencia y educación.

     Al final de la plática, los estudiantes externaron sus dudas y opiniones, para después tomarse fotografías con los invitados a esta actividad organizada por el Programa Institucional de Ética y Bioética FACMED y la Coordinación de Comunicación Social.

Lili Wences