Aunque el cáncer de testículo y de mama tienen un buen pronóstico si son detectados y tratados en un estadio temprano, en México son diagnosticados en etapas avanzadas, debido a que no existe una cultura del cuidado de la salud y a que pueden pasar varios meses antes de recibir la atención adecuada, coincidieron especialistas al considerar estas enfermedades un problema de salud pública.

En el Seminario Permanente de Género y Salud, la doctora Nora Sobrevilla Moreno, especialista adscrita al servi-
cio de Tumores Genitourinarios del Instituto Nacional de Cancerología, mencionó que en 2018, a nivel mundial, fueron diagnosticadas 18 millones de personas con cáncer, y se estima que para 2020 habrá aproximadamente 21 millones, de éstos el 75 por ciento ocurrirán en países de ingresos bajos y medianos como lo es México
. Se ha observado que la incidencia específica del cáncer de mama y de testículo en población hispana han incrementado a través del tiempo.

“En cuanto al cáncer de testículo, en el Instituto Nacional de Cancerología, alrededor del 5 al 6 por ciento de los pacientes solicitarán atención con un mal estado funcional asociado a una etapa avanzada de la enfermedad, lo que repercutirá directamente sobre la intensidad del tratamiento que se puede ofrecer, pues las etapas en las que se encuentran requieren de un tratamiento específico e intensivo que sólo podrá conseguirse en un paciente con las condiciones clínicas adecuadas; mientras que en el cáncer de mama, se diagnostica hasta el 50 por ciento de los casos como localmente avanzados y se sabe que éste es de los tumores más mortales en mujeres”, aseguró la oncóloga.

Por su parte, la doctora Karla Unger Saldaña, catedrática Conacyt comisionada a la Unidad de Investigación en Epidemiología del Instituto Nacional de Cancerología, mencionó que existen retrasos importantes entre que los pacientes descubren el primer síntoma e inician el tratamiento oncológico correspondiente. Cuando este tiempo es mayor a tres meses se considera retraso, lo que repercute negativamente en el pronóstico.

El maestro Francisco Eduardo Viveros Pérez, subdirector de Área de la Unidad de Igualdad de Género de la Fiscalía General de la República, indicó que a los hombres no se les enseña sobre salud, sino sobre sexualidad y cómo deben comportarse, pues ellos son vistos como proveedores, así como personas que no se enferman y, si lo hacen, deben minimizar los síntomas.

“Se debe lograr una buena difusión de la información, es decir, presentarla correctamente, pues al hablar de cáncer de testículo se mencionan los factores de riesgo (un familiar de primera línea con este tipo de cáncer, haberlo padecido de lado contralateral, o bien, un descenso incompleto del testículo) y una gran parte de la población se siente excluida de padecerlo y no es así, pues sólo un 5 por ciento cumple con estos antecedentes y aproximadamente un 95 por ciento presenta la enfermedad”, advirtió el especialista en el auditorio “Dr. Fernando Ocaranza”.

Diana Karen Puebla