El miedo es una sensación subjetiva y personal que consta de componentes somáticos, sensaciones corporales que proporcionan pistas sobre aquello que se está sintiendo, además de un componente cerebral, que evolutivamente se considera como una capacidad innata de la mente, una respuesta a lo que viene o a lo que está por venir.

Sobre el proceso de generación del miedo, el doctor José Luis Díaz Gómez, investigador titular del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad, explicó que las emociones básicas se desatan ante estímulos específicos del medio ambiente, activándose distintos componentes somáticos, aunque en algunos casos esto puede ocurrir de manera inversa, desatándose primero una activación autonómica que produzca miedo, es decir, un sistema cerebral puede afectar a la conciencia, aun antes de que la agresión se haga consciente.

“Un ejemplo de esta situación es que al captarse visualmente un estímulo, éste se transmite a través de dos vías, una vía visual y otra que va hacia la amígdala, que es parte del sistema límbico, encargado del control de las emociones, generando así una instalación anticipada del miedo, previo a la asimilación visual de dicho estímulo”. explicó el investigador.

Por otro lado, durante la charla virtual “Miedo y la COVID-19”, organizada por la División de Investigación de la Facultad, el doctor Ulises Jiménez Correa, psicólogo de la Clínica de Trastornos del Sueño y doctor en Biología Experimental señaló algunas recomendaciones importantes respecto al cuidado de la salud durante el confinamiento, como el papel crucial del ejercicio y la exposición a la luz solar como factores de prevención de depresión, así como la importancia de continuar trabajando en las relaciones personales y la comunicación armónica con las personas que viven dentro del mismo hogar, y resaltó la importancia de solicitar apoyo psicológico cuando sea necesario.

El contacto social debe perdurar, es importante expresarnos y ponerle un límite a nuestro miedo, es necesario cuidarse, pero sin que el miedo nos paralice y nos obligue a tener conductas que podrían tornarse contraproducentes”, apuntó.

A su vez, el doctor Díaz Gómez agregó que se ha estudiado a profundidad la expresión facial, de lo cual se ha concluido que existen al menos seis emociones básicas presentadas en todas las culturas de una misma manera, como alegría, tristeza, ira, miedo, sorpresa y disgusto, y señaló que existe otra gama de expresiones que se han manifestado de manera más frecuente durante esta pandemia, como ansiedad, angustia y preocupación.

“Estas emociones se han presentado principalmente de forma secundaria a la información propagada por algunos medios respecto la frecuencia de contagio y las muertes, y por otro lado, por enterarse de algún conocido afectado por esta enfermedad; se sabe que las consecuencias del estrés y la ansiedad secundarias a la liberación de cortisol en el cuerpo se instalan de manera rápida y en ocasiones de forma crónica y, si no son atendidas de manera oportuna, pueden tener repercusiones en nuestra salud a distintos niveles, afectando principalmente a la capacidad de respuesta de nuestro sistema inmunológico”, concluyó el doctor Díaz.

Victor Rubio