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Conforme vamos creciendo, la capa externa de nuestra piel, llamada estrato córneo, comienza a hacerse más delgada, también disminuye la vasculatura y la retención de agua, razones por la cual la piel de los adultos mayores es más delicada.
En esta etapa de la vida, “vemos diferentes cambios que se reflejan en la piel. Puede haber moretones (púrpura senil) en las extremidades porque hay una fragilidad vascular importante; se comienza a ver el daño acumulado por el sol y, en ocasiones, se manifiestan tumores que pueden ser malignos o benignos”, señaló la doctora Ana María Gama Méndez, investigadora adscrita a la Clínica de Oncodermatología de la Unidad de Atención Médica de Alta Especialidad de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Durante su participación en el programa radiofónico Más Salud, la especialista señaló que en los adultos mayores también es frecuente la gerosis o piel reseca, ya que “las células del estrato córneo comienzan a perder lípidos, que hacen que podamos retener agua en nuestra piel, y ésta se vuelve menos elástica”, por lo que recomendó tomar baños cortos (5 minutos o menos) con agua tibia para evitar una inflamación crónica.
Recordó que cualquier lesión (lunar, verruga o mancha) en la piel, con una evolución repentina, debe ser revisada por un dermatólogo que pueda evaluar si se trata de una queratosis seborreica (benigna y común en este grupo etario) o sí puede estar asociada a cáncer.

Mariana Montiel