La mente en blanco y el sable en la mano para pelear contra el contrincante y ganar los máximos puntos posibles al tocar al oponente en torso, cabeza o brazos. No importa no poder ver sus ojos, los movimientos lo dicen todo. Ir un paso adelante es el secreto para triunfar en cada asalto.
Con seis años de experiencia en esgrima, Mario Pérez Mondragón, estudiante de primer año de la Licenciatura de Médico Cirujano, es el esgrimista número 13 a nivel nacional y seleccionado estatal por la Ciudad de México. En los Juegos Universitarios 2018 obtuvo medalla de bronce, ahora su objetivo es llegar a la Universiada Nacional.
Servir a los demás fue un motivo para estudiar Medicina y poder aplicar sus conocimientos adquiridos; además, quiere cumplir el sueño que tiene desde pequeño: ser el primer médico de su familia.
Mario Pérez piensa en llegar a los Juegos Olímpicos y poder concluir una especialidad en Oncología o Cardiología. Practicar esgrima le ayuda a conjuntar los estudios con el deporte, ya que le permite disminuir el estrés y tener más energía para hacer las tareas. “Si uno se organiza bien, puede disfrutar del deporte, que es parte del desarrollo humano y estudiantil”, afirmó.
Víctor Valencia