El 1er Congreso Internacional de Bioética reunió a expertos de diversas facultades e institutos de la UNAM, así como instituciones de salud y universidades nacionales y de países como Canadá, Chile, Cuba, España, Estados Unidos e Italia, entre otros, para debatir sobre el valor de la bioética y la importancia que tiene en la formación de mejores ciudadanos.
Aspectos neuroéticos de la neurocirugía en trastornos psiquiátricos
Como parte de las conferencias precongreso, la doctora Laura Y. Cabrera, miembro de la Asociación Mexicana de Neuroética, habló de las enfermedades mentales y cuáles eran los métodos rudimentarios para intentar sanarlas. Con este recorrido socio-histórico, se refirió a su proyecto, el cual se enfocó en el resurgimiento de la neurocirugía psiquiátrica y la estimulación cerebral profunda, en relación con la percepción de las personas.
“Los neurocirujanos, psiquiatras, neuroenticistas, medios de comunicación, y los encargados de formular políticas públicas, deben comprometerse de manera activa con diversas preocupaciones sociales sobre la neurocirugía psiquiátrica para mejorar la comprensión pública y mitigar el estigma”, explicó la doctora Cabrera.
Reflexiones de ética médica
El doctor Octavio Rivero Serrano, Profesor Emérito y director del Seminario sobre Medicina y Salud, ofreció unas breves palabras para inaugurar formalmente el Congreso, donde invitó a los médicos presentes y futuros a no ver la Medicina como un negocio, sino como una profesión ética, en donde lo más importante es siempre el paciente, y consideró que lucrar con la Medicina es una irresponsabilidad.
Bioética laica y bioética no laica
A su vez, la doctora Juliana González Valenzuela, Profesora Emérita de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, habló de los beneficios y las desventajas del desarrollo tecnológico en todos los ámbitos sociales y advirtió que estos avances no nos deben guiar, sino que nosotros debemos guiar a los avances. “La bioética del presente requiere, ciertamente, esclarecer presupuestos esenciales, ontológicos, filosóficos y atender críticamente a estos cimientos. En general, la situación presente exige una ética con una clara memoria del humano y que contribuya al proceso de transformación, preservando vivo el rostro de la humanidad”, expuso.
Bioética y la complejidad de las ciencias
El doctor Evandro Agazzi, académico de la Universidad Panamericana y expresidente de la Academia Internacionales de Philosophie de la Science, hizo un recorrido a través de la historia de la ética y la experimentación con seres humanos, y se refirió a los cambios sociales como un determinante para que éstos se realicen con responsabilidad. Además, recalcó que las neurociencias, el derecho, la sociología, la filosofía, la ciencia y la religión, tienen que intervenir en el tema para evaluar las distintas situaciones que se presenten a los médicos, a fin de tomar decisiones con principios éticos, lo que requiere de conciencia, más que de cálculos científicos.
La mejora genética, posibilidades y alcances éticos
En esta mesa redonda se habló de los peligros y ventajas económicas, sociales y médicas que representa la mejora genética, donde se destacó el papel de los médicos en distintas situaciones. La mesa estuvo moderada por el doctor Fabio Salamanca Gómez, miembro de la Academia Nacional de Medicina.
El doctor Mauricio Rodríguez Dorantes, investigador en el Instituto Nacional de Medicina Genómica, habló positivamente de esta posibilidad, desde el punto de vista científico, ante las crisis biológicas y los retos por los que atraviesa y atravesará el ser humano. Asimismo, explicó que el Modelo Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats (Crispr) CAS 9 es completamente seguro y regulable a la hora de hablar sobre modificación genética.
En tanto, el doctor Oliver de la Torre, médico genetista en el Centro Médico Naval, se enfocó en los problemas sociales que esto tendría y lo que implicaría para los médicos en su labor asistencial. “Hoy en día hay muchos aspectos filosóficos sobre hasta dónde tenemos que llegar para decir que somos, o no, seres sanos y aptos para procrear. Todos tenemos un marco social, político y hasta religioso que nos permite tener diversidad. El reto es generar mejores individuos con todas las garantías sociales”, indicó.
“¿Qué es una vida buena?, ¿cómo saber si alguien va a ser productivo en el mundo?, cualquiera de nosotros puede tener una discapacidad el día de mañana, y la pregunta es ¿tenemos con eso ciudadanos de segunda?”, reflexionó la doctora Belinda Jiménez Salinas, académica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Además, destacó que estas mejoras tendrían consecuencias, pues aumentaría la brecha entre los estratos sociales.
La salud en México, hace 50 años y ahora
En su oportunidad, el doctor Adolfo Martínez Palomo, miembro de El Colegio Nacional, ofreció una conferencia magistral donde se enfocó en hacer una comparación de las principales causas de muerte en el país ahora y hace 50 años, mostrando factores como el crecimiento poblacional, el abandono al campo, la esperanza de vida y los incrementos de enfermedades como la diabetes.
De la bioética clínica a una bioética social: presente y futuro
El doctor Francisco León Correa, expresidente de la Federación Latinoamericana de Bioética, se refirió a la importancia de educar con base en valores para poder escuchar y entender al prójimo, pues la sociedad ya no argumenta, sino que impone. “Ya no somos sólo sociedades, tenemos un deber ser como ciudadanos. Por ello, debemos llegar a la igualdad y dignidad con todos los miembros de la familia humana, esto es fundamental en la justicia, la libertad y la paz”, expresó.
La responsabilidad del Estado en la atención de la salud
En su conferencia magistral, el doctor José Ramón Cossio Díaz, exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, señaló que “lo que hoy tenemos en esta materia es, por un lado un sector salud que no ha recibido los recursos necesarios para mantener los servicios a los que está obligado y, por otro, parece que hay un entramado institucional que permite una acción a través de los tribunales para lograr la satisfacción de esos derechos y, sin embargo, difícilmente van a lograr satisfacer todas las necesidades de este sistema”.
Adicciones y la dimensión bioética de su atención
La doctora María Elena Medina-Mora Icaza, jefa del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina, señaló que a nivel mundial existen 31 millones de personas con trastornos por el uso de sustancias, de los cuales sólo uno de cada seis tiene acceso efectivo a los tratamientos. Por tanto, fundamentó como derechos vitales la disponibilidad a medicamentos para manejo del dolor, ya que negarlo es un trato inhumano; el tratamiento en dependencia a opiáceos, así como el mantenimiento de la dignidad.
El bioderecho ¿Articulador de las políticas de salud?
En esta mesa redonda participaron los abogados Víctor Manuel Martínez Bulle-Goyre, Graciela Staines Vega, Garbiñe Saruwatari Zavala y Agustín Herrera Fragoso. Este último explicó que el bioderecho es aquel que aborda el estudio de la realidad como fenómenos bioéticos desde la perspectiva del derecho positivo, en particular en las relaciones humanas biosanitarias, y donde es necesario contar con una base de norma positiva para que exista una política al respecto.
Aplicación de políticas de salud
“Ante una realidad cada vez más compleja debemos trabajar en equipo, con principios, con objetivos y valores comunes, y con el esfuerzo hacia un bien común; de no ser así seguiremos teniendo patologías de diversa índole, como las emergentes cuyo 70 por ciento son de origen zoonótico y a pesar de ello poco se hace para tener una vigilancia epidemiológica de las enfermedades de los animales y de la flora silvestre que pueden generar un riesgo de contagio hacia los humanos” advirtió Juan Garza Ramos, catedrático de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.
Dignidad y decisiones al final de la vida
“Dignidad significa tener respeto, y el cómo nos gustaría morir es algo que generalmente no pensamos. Todos los seres humanos tenemos una dignidad que es implícita e intrínseca a nuestra naturaleza; somos dignos en la medida que poseemos la capacidad de aceptar nuestra moralidad, de la que somos creadores y a la cual debemos responder como humanos ante los semejantes por la presencia o ausencia de ella”, concluyó el doctor Carlos Viesca Treviño, académico del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Éticas del cuidado, descolonialidad e interculturalidad
La doctora María Grace Salamanca González, académica en el Instituto de Investigación Clínica de Occidente, ofreció una conferencia sobre la ética de la moral y su relación con la bioética, donde destacó que desde una perspectiva epistemológica sociocultural las personas hemos perdido la sensibilidad para aceptar la diversidad humana, así como para cuidarnos entre nosotros y a nuestro entorno.
Ética médica y bioética
“La ética médica tiene características que la distinguen de otras profesiones, entre ellos, principios propios de la Medicina y de las metas concretas de esta práctica. Tales objetivos son: preservar la salud, curar o aliviar y evitar muertes prematuras e innecesarias”, resaltó el doctor Ruy Pérez Tamayo, Profesor Emérito de la Facultad de Medicina de la UNAM, en su plática de cierre del congreso.
Eric Ramírez y Mariluz Morales