La Medicina de precisión se refiere a la adaptación del tratamiento médico a las características individuales de cada paciente, abarca áreas de investigación como la proteómica, genómica, metabolómica y la transcriptómica; a su vez, existen otras disciplinas como la Medicina personalizada, que además del tratamiento, aborda procesos como la prevención, la predicción y el diagnóstico, este último siendo de vital importancia para generar una respuesta eficaz de salud pública ante la emergencia sanitaria por COVID-19 y, en nuestro país, el proyecto de biosensores de la Facultad de Ciencias y la prueba de ELISA del Instituto de Biología, ambos de la UNAM, son algunos de los trabajos que se están realizando para encontrar una prueba de detección óptima para nuestra población.
“Existen dos grupos grandes de pruebas, las moleculares, representadas por el estandar de oro, qRT-PCR, que es una retrotranscripción en tiempo real y tiene un intervalo de mayor utilidad a partir del día cuatro y hasta el día 11 de contagio; y en las pruebas serológicas, la prueba de ELISA funciona óptimamente a partir de la segunda semana. En México, para utilizar estas pruebas tienen que ser validadas por el INDRE y obtener el registro sanitario a través de la COFEPRIS”, apuntó el doctor Santiago March Mifsut, experto en Medicina de precisión y coordinador de Proyectos Estratégicos de la Fundación Mexicana para la Salud (FUNSALUD), durante la charla virtual del Seminario de Investigación Interdisciplinaria en Biomedicina “Medicina de precisión y COVID-19”.
Respecto al trabajo en México sobre las vacunas, el especialista mencionó que se están trabajando en distintos institutos en el país, el primer grupo liderado por el IMSS, desarrolla una vacuna compuesta de vectores virales,
mientras que en el Instituo de Biotecnología de la UNAM y la Universidad Autónoma de Querétaro se trabaja en una vacuna compuesta de proteínas recombinantes y, finalmente, el Tec de Monterrey y la UABC están trabajando en una vacuna de ARN.
En cuanto a los retos en la actualidad, el doctor March Mifsut señaló que la Medicina de precisión requiere la sistematización de bases de datos, incluyendo información genética, así como trazabilidad, seguimiento de contactos y la alineación de diagnósticos y tratamientos, utilizando herramientas para conectar a la población con los especialistas, además de un adecuado procesamiento masivo de pruebas, adaptando estas pruebas al marco genético de los mexicanos.
“En FUNSALUD estamos trabajando con cinco líneas de acción: comunicación a la población y entrenamiento; el programa de reconversión hospitalaria, en el que se atienden a pacientes no COVID-19 con ciertos padecimientos para evitar que se contagien; el diagnóstico oportuno, promoviendo la inclusión de laboratorios de vigilancia epidemiológica en el sector privado; investigación en política pública y distribución de presupuesto, y el proyecto de donativos con la Fundación BBVA, Fundación UNAM y Tec Salud en la iniciativa ‘Juntos por la Salud’ para entrega de equipos de protección personal y equipo médico, particularmente ventiladores”, concluyó el doctor March Mifsut.
Imagen cortesía de FUNSALUD
Víctor Rubio