Las actividades de aprendizaje con simulación (AcAS) tienen como objetivo que los estudiantes que participan en ellas logren un aprendizaje experiencial y reflexivo; el diseño de estas actividades las realizan expertos en simulación a los cuales se les ha denominado instructor o “educador de simulación”, de acuerdo con Fanning (1) y Dieckmann (2),(3) el educador en simulación es la persona que: a) dirige un grupo de estudiantes, proporciona instrucciones y comentarios, y facilita algún tipo de reflexión, a menudo debriefing, b) realiza tareas como la creación, validación, organización y evaluación de las AcAS; y c) desarrolla proyectos de investigación. Benner (4) y Thomas(5) proponen clasificar al educador en simulación en cinco categorías con base en las habilidades y actividades que realiza durante su tiempo laboral en el centro de simulación, y se denominan niveles de expertis:

1.- Principiante o novato: Se guía por normas recién aprendidas, relaciona las teorías educativas más destacadas con la simulación de manera lineal e inflexible, sin lograr identificar prioridades sobre los aspectos de la simulación en diversas situaciones educativas. Se centra en participar en una tarea durante las AcAS. Realiza funciones técnicas básicas respecto a los simuladores y el uso de softwares. Le es difícil seleccionar el nivel de fidelidad para conseguir los resultados de aprendizaje.(5)

2.- Principiante avanzado: Adquiere la experiencia para identificar situaciones especificas en simulaciones complejas, se apoya de listas de verificación para mantener el orden, para planificar, implementar y ejecutar la simulación, además de gestionar los nuevos conocimientos. Durante la creación de las listas de cotejo, puede tener dificultades para determinar elementos prioritarios para dar seguimiento y evaluar las AcAS. Se requiere de autoevaluación constante, identificando las fortalezas y las áreas de mejora, capacitarse en organizaciones o instituciones con programas de educación basada en simulación reconocidos y certificados, además de colaborar con educadores más experimentados en el desarrollo de escenarios, manejo de simuladores y en el proceso del debriefing. (5), (6)

3.- Competente: Ha adquirido un mayor aprendizaje a base de la experiencia vivida de situaciones positivas y negativas en el proceso educativo con simulación.(10) Tiene control y dominio de cada una de las tareas a realizar en el centro de simulación, desarrolla su propia experiencia para responder a los problemas que se pueden presentar durante la simulación. Aplica las teorías educativas a la simulación. El educador piensa activamente en los problemas que se pueden presentar en el futuro y en las necesidades de los estudiantes, lo cual influye en su planeación diaria. Se anticipa a las situaciones que pueden ocurrir; evaluando la situación, planea estrategias para solucionar los problemas y obtener buenos resultados.(5), (6)

4.- Proficiente/experimentado: Domina los aspectos técnicos y de desarrollo de AcAS, por lo cual debe centrarse en identificar las verdaderas áreas de oportunidad de los estudiantes. Predice el rumbo que tomará el escenario al observar las acciones de los estudiantes y les proporciona señales o ruidos para lograr los resultados de aprendizaje; además, diseña escenarios por niveles que desafíen a los estudiantes. Analiza todo lo que ocurre en el escenario, centrándose en los puntos más importantes que están relacionados a los objetivos de aprendizaje, los resultados de aprendizaje y el desempeño de los estudiantes. Es decir, da significado a las acciones que realizaron los estudiantes durante la simulación y las cuales serán el elemento principal para favorecer el aprendizaje reflexivo durante el debriefing.(5), (6)

5.- Experto: La diferencia es mínima con respecto al nivel anterior, los educadores expertos utilizan el liderazgo y su capacidad cognitiva para relacionarse con los estudiantes y dirigirlos al logro de los objetivos de aprendizaje, proporcionándoles confianza y libertad de acción durante el escenario de simulación. Realiza una práctica profesional en simulación de manera ética, favoreciendo el trabajo colaborativo con otros educadores en simulación de diversos niveles de expertis y de diferentes disciplinas para desarrollar investigación e innovación educativa aplicadas a la simulación.(7)

Certificación del educador en simulación

Conocer los niveles de expertis del educador en simulación ofrece una visión analítica de dónde nos encontramos, la relevancia de esto es que diversas asociaciones e instituciones han establecido estándares mínimos que debe cumplir un educador en simulación para desarrollar AcAS de manera estandarizada y generar un ambiente educativo propicio para el aprendizaje; proporcionar seguridad psicológica y física a los estudiantes, lo que se traduce en calidad educativa. Existen diversas organizaciones que han determinado los criterios y estándares mínimos para catalogar a un experto en simulación, tal es el caso de The International Nursing Association for Clinical Simulation and Learning (INACSL), Society for Simulation in Healthcare (SSH), Association for Simulated Practice in Healthcare de Inglaterra y la Sociedad Mexicana de Simulación en Ciencias de la Salud (SOMESICS), por mencionar algunos.(8), (9), (10)

Se recomienda que se certifiquen los educadores en simulación en un nivel “competente” con la intención de garantizar que el responsable de impartir las AcAS en su centro de simulación y a sus alumnos está plenamente capacitado para liderar la actividad, propiciar un ambiente educativo seguro, generar un aprendizaje reflexivo basado en simulación, estar familiarizado con el equipo de simulación y básicamente sepa lo que debe saber. Es importante que el personal a cargo de cualquier programa de simulación se encuentre certificado, lo cual le dará a su programa la certeza de que todas las actividades de aprendizaje por simulación se encuentran estandarizadas y cumplen con los requisitos de buenas prácticas.(9), (10)

Erick López León, Argimira Vianey Barona Nuñez y Laura Silvia Hernández Gutiérrez, Departamento de Integración de Ciencias Médicas, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México.

Bibliografía

  1. Fanning, R., Gaba D. (2007). The Role of Debriefing in Simulation-Based Learning, Simulation in Healthcare: The Journal of the Society for Simulation in Healthcare. 2 (2): 115-125. DOI: 10.1097/SIH.0b013e3180315539.
  2. Dieckmann, P., Molin S., Lippert A. y Østergaard D. (2009). The art and science of debriefing in simulation: Ideal and practice. Medical Teacher, 31:7, e287-e294, DOI: 10.1080/01421590902866218.
  3. Dieckmann et al. (2018). Long-term experiences of being a simulation-educator: A multinational interview study. Medical Teacher. 40 (7): 713–720 https://doi.org/10.1080/0142159X.2018.1471204
  4. Benner, P., Tanner, C. y Chesla, C. (2009). Expertise in nursing practice: Caring, clinical judgment, and ethics (2nd ed.). New York, NY: Springer.
  5. Thomas, C. y Kellgren, M. (2017). Benner’s Novice to expert model: an application for simulation facilitators. Nursing Science Quarterly. 30 (3): 227-234. doi: 10.1177/0894318417708410.6. Wilson, L., y Wittman-Price, R. A. (2015). Review manual for the certified healthcare simulation educator (CHSE) exam. New York, NY: Springer.
  6. INACSL Standards Committee (2016). INACSL standards of best practice: SimulationSM Facilitation. Clinical Simulation in Nursing, 12(S), S16-S20. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.ecns.2016.09.007
  7. Society for Simulation in Healthcare (2020), Certified Healthcare Simulation Educator. Disponible: https://www.ssih.org/Certification/CHSE/Handbook
  8. Sociedad Mexicana de Simulación en Ciencias de la Salud (2020). Certificación Educadores en Simulación. Disponible: https://www.somesics.org/certificacion-educadores
  9. Association for Simulated Practice in Healthcare (2020). Accreditation. Disponible: https://aspih.org.uk/accreditation/